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CincoSentidos

Giaquinto regresa al Palacio Real

Patrimonio Nacional y la Fundación Santander Central Hispano ofrecen desde hoy hasta el 27 de junio la posibilidad de contemplar reunida una parte de la obra de Corrado Giaquinto (1703-1765), pintor de cámara con Fernando VI que inspiró a buena parte de los artistas españoles del siglo XVIII, entre ellos, Goya.

Corrado Giaquinto y España (Salas de Exposiciones Temporales del Palacio Real de Madrid) recupera la memoria del pintor napolitano que vino a España a decorar el Palacio Real Nuevo y estuvo condenado al olvido por el riguroso neoclasicismo de la crítica del XIX, también en Italia, según destacó ayer el comisario de la exposición, Alfonso Pérez Sánchez.

La exposición consta de 75 obras prestadas por el Museo del Prado, Galería de los Uffizi de Florencia, Galería Borghese de Roma, Museo del Vaticano o Museo de Capodimonte de Nápoles, entre otras instituciones y colecciones privadas italianas y españolas. Distribuidas en 10 salas, las pinturas dan cuenta de las virtudes del artista; los años de formación en Nápoles, su etapa romana y turinesa y su trabajo en la Corte española. En la ciudad piamontesa, Giaquinto trabajó con el arquitecto Juvara, que inició el Palacio Real y que desarrolló una gran influencia en su reinterpretación del barroco.

La exposición reúne los conjuntos dispersos desde el siglo XIX de los cuadros que componían los oratorios del Rey y de la Reina en el Palacio del Buen Retiro. Además, los bocetos de la Capilla Real y de la escalera del Palacio Real, que se reconstruyen dotando a los modelos de un sentido. Giaquinto concibió la bóveda para una escalera doble, pero Carlos III decidió posteriormente dejar sólo una de las escalinatas y construir en uno de sus huecos el Salón de Columnas, lo que explica que haya pinturas del napolitano en este espacio de palacio. Los críticos coinciden en que ésta es la última bóveda que pintó Giaquinto en palacio y que las diferencias con el arquitecto Sabatini aceleraron su retorno a Italia, donde murió cuatro años después.

No se ha podido disponer, en cambio, de los lienzos que decoran el comedor de gala de Aranjuez con la Historia de José, pues la reciente restauración del palacio no aconsejaba privar al gran salón de sus cuadros, pero se exhiben dos de sus bocetos terminados, uno procede de la Pinacoteca de Bari, otro, nunca citado, de los almacenes de Patrimonio Nacional.

El refinamiento de Guiaquinto culmina en la silla de manos rococó que el artista decoró para Bárbara de Braganza, esposa de Fernando VI, cuyas pinturas simbolizan las diversiones en la Corte.

El homenaje a Giaquinto tendrá su continuidad en otra exposición en el Museo de Capodimonte en Nápoles, que ha contado con la colaboración de España.

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