La química Lanxess quintuplica sus pérdidas y salva de un nuevo ajuste a la filial española
Lanxess registró unas pérdidas de 63 millones en 2005, frente a los 12 millones contabilizados el año anterior. Los costes de reestructuración de 304 millones afectaron directamente la rentabilidad del grupo en su primer ejercicio en solitario, después de la segregación del negocio químico de Bayer.
Con todo, el presidente de Lanxess, Axel Heitmann, remarcó ayer en la rueda de prensa de presentación de resultados que la compañía espera generar un beneficio operativo positivo este año, debido 'a los frutos que ya cosecha la reordenación iniciada el año pasado'. Las ventas de 2005 contabilizaron una evolución positiva, con un aumento del 6%, hasta los 7.200 millones.
La reestructuración se basa en la estrategia 'precio antes que el volumen', lo que supondrá un plan de racionalización de las estructuras, incluidos cierres de plantas, que Heitmann no concretó.
La factoría española ubicada en la petroquímica de Tarragona se ha salvado a corto plazo de los recortes. El vicepresidente de la unidad de negocio de estirénicos (el tipo de plásticos que se producen en Tarragona), Hans-Joachim Kogelnik, confirmó en un encuentro con periodistas posterior a la rueda de prensa las inversiones de 16 millones que el grupo destinará este año para aumentar la capacidad del centro tarraconense de las actuales 120.000 toneladas a las 170.000 toneladas, que estarán listas en el primer trimestre de 2007. El plan inversor incluye la instalación de un laboratorio para colores y la ubicación de la sede europea de la división.
Kogelnik avisó que estas inversiones sólo representan el primer paso para incrementar la productividad de la factoría española.
Lanxess espera generar unos ahorros de 50 millones anuales a partir de 2009 con la segunda reestructuración presentada ayer, y que afectará a Estados unidos, Brasil, Francia y Bélgica, con la eliminación de 250 puestos de trabajo.
En Estados Unidos persigue una reordenación similar a la realizada en Europa, consistente en la concentración a un sólo centro de producción, similar a las medidas que supondrán la reducción progresiva este año de la fabricación de estirénicos de la factoría de Dormagen (Alemania) a la de Tarragona.