'Habrá tensiones, pero no detendrán el carro de la paz'
Natural de San Sebastián, es uno de los diputados del PSOE con mayor experiencia política y uno de los que mejor conoce las entrañas del País Vasco. Es optimista sobre el recorrido del proceso de paz porque confía en que superará todos los obstáculos.
La entrevista tiene lugar en su despacho del Congreso, justo una semana después de que ETA declarara el alto el fuego y en vísperas de la aprobación del nuevo Estatuto catalán.
¿Qué factores podrían poner en peligro el proceso de paz?
Este es un proceso bastante consolidado ya que responde a un análisis estratégico del entorno de ETA. En esa medida, los peligros son menores. No es un cálculo táctico el que ha llevado a ETA al alto el fuego sino, probablemente, la conclusión de un razonamiento sobre la anacronía del uso de la violencia. Ellos son el último mohicano de los movimientos que surgieron en los sesenta en el contorno de las revoluciones de liberación nacional. No queda nada en el mundo de eso y ellos lo saben. Han recibido una influencia positiva del Sinn Fein en relación con el proceso de paz irlandés y han llegado a la conclusión de que perpetuar la violencia arruina su propia causa. En ese contexto, interpreto que los elementos que van a producirse se van a sortear positivamente. Habrá tensiones, dificultades y palos en la rueda, pero no detendrán el carro.
¿Teme que estas tensiones deriven de algunos cálculos políticos?
Después de la reunión de Zapatero y Rajoy no me atrevo a hacer ese pronóstico, al contrario. Si creemos al líder de la oposición hay que interpretar que existe una sincera voluntad de ayudar.
¿Y en el PNV?
El PNV ya sabe que en este proceso su deber es ayudar y creo sinceramente que lo desea. Más allá de algunos protagonismos inevitables porque los establecen las instituciones, como es el caso del lendakari, el PNV va a ayudar. No obstante, una parte del nacionalismo vasco democrático que no es ajena a un sector del PNV, el más vinculado a Lizarra, y a algunos sectores de EA e, inclusive de Esker Batua, siguen confundidos creyendo que el final de la violencia será la consecuencia de una concesión política. En el fondo de su alma mantienen la aspiración a que la salida de la violencia lleve aparejada un plus nacionalista al estatus jurídico- político del país. Están profundamente equivocados. La salida de la violencia es más democracia y no más nacionalismo.
¿Tiene fundamento el temor de un sector del PNV a una pinza entre el PSE y la izquierda aberzale?
No. No se construirá nada en serio marginando a alguien en el proceso. Y estoy pensando en cuatro grandes espectros: el PNV, la izquierda aberzale, el Partido Socialista y el Partido Popular. Esos cuatro pivotes son fundamentales para el marco final del proceso. El PSE no tiene tentación de marginar al PNV, lo que ocurre es que el proceso que se ha producido ha sido muy diferente al de Estella. En aquel sí hubo el intento de marginar a los no nacionalistas. Es más, la campaña terrorista que siguió a la ruptura de la tregua pretendió la liquidación física de los discrepantes. Esta ofensiva era el corolario del Pacto de Estella. Ahora nuestra aspiración es que esto lo hagamos entre todos y que el día en el que ETA diga, como el IRA en 2005, que renuncia definitivamente a la violencia, eso sea consecuencia de un proceso en el que estemos todos.
¿La hoja de ruta final se diferenciará mucho de la que estableció Batasuna en Anoeta en 2004?
Ahí no había ruta. Había metodología. La hoja de ruta es más complicada porque requiere clarificar muchas más cosas. Pero eso le corresponde al presidente del Gobierno decidirlo. En cuanto al método, estamos ante algo que no es un invento de Anoeta, sino más bien de Ajuria Enea en 1988. La esencia es la renuncia a la violencia, por tanto desaparición del chantaje, en segundo lugar diálogo entre el Gobierno y la banda para resolver todo el entorno personal y humano de esta tragedia y, por último, un diálogo entre los partidos vascos para configurar el statu quo de la convivencia política. Ese es el método. Pero el final no lo tiene descrito nadie.
Da la impresión de que hay más camino recorrido del que se ve.
Probablemente, porque la reflexión que ha germinado dentro de ETA y de la izquierda aberzale en general es sólida. El presidente ha insistido en que no hay ningún acuerdo previo, lo que quiere decir que, efectivamente, ese entorno ha elaborado un proceso y una propuesta que es la que hemos conocido ahora. No hay más acuerdos. Lo que sí hay es la convicción de la seriedad y de lo que parece irreversible. No quiero definirlo como lo que es, una derrota evidente de la violencia, sino como una victoria de la sociedad vasca sobre el chantaje que hemos sufrido durante treinta años largos. Esto hace más verosímil el proceso, aunque no esté construido en sus términos concretos porque ese es un trabajo que está por hacer.
El impacto: ¢Tan vital como el Concierto económico¢
El impacto que el final de la violencia puede tener sobre la economía vasca lo compara Ramón Jáuregui con el que ha tenido en los últimos 25 años el Concierto económico para esta comunidad autónoma.Aunque no sea una prioridad en el proceso, ¿qué beneficios le reportará a la economía vasca el final de la violencia?El país tiene una enorme potencialidad desde el punto de vista económico y ha sufrido enormemente la presión del terror. No va a ser un cambio como en el fin de las películas, se va a producir una adaptación progresiva a la paz y la libertad que durará años. Desde el punto de vista de su infraestructura humana y de capital y de soporte económico, el país dará un gran salto. Lo más extraordinario del País Vasco es su gente, muy trabajadora y con un alto sentido de compromiso en los negocios. El fin de la violencia va a ser como un bálsamo. Si el Concierto económico ha sido vital para la economía vasca en estos últimos 25 años, el fin de la violencia va a ser de un potencial parecido.
¿Echa en falta un mayor grado de compromiso de la patronal CEOE en el incipiente proceso de paz iniciado con el alto el fuego?Quizá la patronal está bastante afectada por las recientes declaraciones de Cuevas, que han sido desacertadas y, a la vista de los acontecimientos, particularmente inoportunas. Quizá sea demasiado pronto para que la CEOE rectifique, pero puede y debe hacerlo. A mí me gustaría que CEOE se incorporase también a este ánimo y que siga las pautas que le marca Confebask. Hará bien José María Cuevas, a quien aprecio como presidente de los empresarios, en seguir los consejos de los empresarios vascos.
Estatuto catalán: ¢Salvo en financiación, un referente para el País Vasco¢
Ramón Jáuregui fue el portavoz del PSOE en el debate de la reforma del Estatuto catalán y se duele de que haya pasado desapercibido el enorme esfuerzo que se ha hecho en su encaje jurídico constitucional. Expone dos datos evidentes. El primero, que de los 63 artículos que tiene el título competencial que llegó del Parlamento catalán, se han corregido 62. Sólo ha quedado sin retocar el que se refiere a la estadística. El segundo, que en el conjunto de las 240 artículos que tiene el estatuto, se han corregido casi 150. 'He echado en falta que el PP no haya hecho ese trabajo con nosotros. En lugar de pretender la supresión de los artículos tomando como referencia el Estatuto del año 1979, en lo que ha sido un boicot total a la negociación, podría haber hecho un trabajo de ajuste fino y de negociación como el que hemos hecho los demás. Porque eso es el Estatuto, una ley pactada', mantiene. A su juicio, la reforma se ha elaborado con una gran 'honestidad intelectual', a sabiendas de que si se han cometido errores los corregirá el Tribunal Constitucional. 'El alarmismo que el PP ha expresado en este asunto es falso. Es una demagogia que quedará destruida por los hechos y el paso del tiempo', asegura.En opinión de Ramón Jáuregui, el Estatuto catalán servirá de referente para el País Vasco, salvo en el capítulo de financiación.'Esto es algo que el País Vasco tiene ya resuelto en términos de autogobierno autonómico. En lo demás, va a ser referente de todos los Estatutos que vengan, también del vasco. No me cabe ninguna duda'. 'El modelo de autogobierno contemplado en el Estatuto de Cataluña', añade, 'está en el límite de lo que es constitucionalmente posible y de lo que es, desde una perspectiva funcional de un Estado moderno, razonable'.Jáuregui confía en el concurso final de ERC, pues de lo contrario 'las consecuencias serían importantes'.