Un queso cántabro desde el siglo XIV
El Norte de España concentra la variedad quesera más importante del país. Asturias y Cantabria cuentan con un patrimonio envidiable, muchas veces en manos de pequeños productores artesanales y tradicionales. De Cantabria procede el Picón Bejes-Tresviso, un queso que al parecer ya se elaboraba en el siglo XIV. Su zona de producción es la comarca de Liébana con ricos y abundantes pastos que aprovechan vacas, ovejas y cabras.
Con su leche (sola o mezclada) se elabora un queso que madura como mínimo dos meses en cuevas naturales que permiten el desarrollo del penicillium en el queso. Este hongo le confiere las vetas azulverdoso y el aroma y sabor peculiar.
El Picón Bejes-Tresviso es cilíndrico, de corteza blanda y untuosa. En el interior la pasta es cremosa, compacta y con ojos, aunque la consistencia varía según el grado de fermentación y tiempo de afinado. Su sabor es ligeramente picante, más acusado cuando en la mezcla intervienen leches de oveja o cabra. No llega a ser tan seco y punzante como el Cabrales, pero tiene un sabor delicioso y una textura cremosa para untar en pan. Cuenta con DO y su precio aproximado es de 14 euros kilo.