La pasión por coleccionar tebeos
Una edición completa de 'Roberto Alcázar y Pedrín' puede llegar a venderse por 6.000 euros
Lo que colecciona mucha gente es la infancia'. Jordi Borrás empezó coleccionando tebeos y ahora los vende, antiguos y modernos, en su tienda Comic Hunter. El negocio de la nostalgia, que mueve cifras de hasta 6.000 euros por una colección completa de Roberto Alcázar y Pedrín, celebra este año el cincuentenario del Capitán Trueno, el pico de edad de los coleccionistas con más poder adquisitivo. Las opciones son inabarcables: reediciones en facsímil (algunas piratas), colecciones agrupadas por tomos, y por supuesto los cuadernillos originales.
Ediciones B acaba de publicar un libro especial sobre el Capitán Trueno escrito por la esposa de su creador, Víctor Mora. La editorial reeditará este año varios facsímiles del personaje, y sigue publicando otras series que lo recuperan. También, una vez al año, reeditan El corsario de hierro y El jabato, nacidos de la pluma de Mora. 'El público suele ser nostálgico, aunque también pasa de padres a hijos', explican desde la editorial.
Ninguna empresa proporciona datos de tiradas, en línea con la tradición. En el pasado se debía a problemas con los derechos de autor, que ya están resueltos en muchos casos, incluido el de Víctor Mora. Hasta los años 80, los contratos ni siquiera planteaban la propiedad de los derechos: eran de la editorial, sin más. Sucesivos pleitos fueron dando la razón a los artistas. Sin embargo, algunos personajes siguen en el limbo de la propiedad intelectual y algunas editoriales optan por hacer ediciones piratas. Jordi Borrás cree que 'hay un sentido documental, más que lucrativo', y aduce que suelen ser de tirada reducida.
Con motivo de los 50 años de 'El Capitán Trueno' se reeditarán facsímiles
Los tebeos también se venden por correo. Ediciones Viñetas distribuye sólo colecciones completas, editadas especialmente para ellos por las editoriales. 'Dependemos mucho de ellas', explican desde Bilbao, 'así que es un mercado irregular. Además, muchas veces nos quedamos sin publicar algunos números porque las editoriales no las terminan'. La distribuidora también vendía enciclopedias, pero la revolución digital acabó con el negocio.
Las ediciones originales se encuentran en tiendas especializadas, en mercadillos y ferias, y en internet, ya sea en tiendas virtuales o en sitios de subastas. 'Lo más caro son los almanaques', explica Borrás. 'Eran ediciones especiales que salían una vez al año. Un almanaque del TBO puede salir por 1.000 euros'. La casa barcelonesa Soler y Llach celebró en mayo del año pasado la primera y única puja exclusivamente sobre cómics. Fueron 440 lotes por los que se pagaron 475.000 euros.
Cifras ridículas comparadas con las que se pagan en Estados Unidos. El actor Nicholas Cage subastó su colección por 1,4 millones de euros; algún ejemplar alcanzó los 100.000 euros. Allí el mundo del coleccionismo está mucho más organizado y también es más especulativo. Mientras que en España un tebeo se considera antiguo cuando cumple 30 años, en EE UU basta que tenga dos o tres. Las tiradas están medidas al milímetro, ajustadas a los pedidos de las tiendas. En España, la valenciana Gotham Comics, que importa cómics estadounidenses, llegó a vender el número 8 de Batman por 1.200 euros.
Borrás ya solo colecciona dibujos originales de los autores, que pueden alcanzar los 300.000 euros. Las cajas de cómics se apilan en su tienda. 'Muchos ni siquiera los leen, los compran por el objeto. Un amigo mío psicólogo los utiliza como terapia, cuando se siente mal los abre y los huele. Todo el mundo ha leído tebeos, desde el Papa a Felipe González'.
Unidos por el amor al cómic
Toda una vida dedicada a los tebeos; sobre todo, desde que perdió su empleo de técnico de máquinas de escribir. Juan Damián Hernanz, 64 años, va de feria en feria con sus tesoros. ¿Su compra más cara? 'Un ejemplar único de los años 30 por 25.000 pesetas, hace 20 años.'Juan Damián ha intercambiado viñetas y bocadillos con gente de la farándula, pero también con empresarios, abogados y médicos. Y políticos en ejercicio, como el socialista Francisco Vázquez, ex alcalde de La Coruña y nuevo embajador en El Vaticano, y retirados, como Luis Alberto de Cuenca, secretario de Estado de Cultura con el PP. De Cuenca se lamenta del descuido que ha sufrido el cómic como objeto cultural. 'Cuando dirigí la Biblioteca Nacional hicimos inventario y faltaba muchísimo, incluso a partir del 58, que empezó a ser obligatorio guardar las publicaciones de todo tipo. La gente se lo llevaba', explica.Sus favoritos son los cómics de los años 20, como Chicos, Pinocho y Chiquilín. 'Empecé muy joven, y los precios eran asequibles. No llegué a pagar más de 60 euros por un ejemplar.' El poeta defiende las colecciones privadas: 'al final acaban en manos públicas, hay que potenciarlo'.Su amigo Francisco Vázquez, de paso por Madrid, cree que 'se edita demasiado', por lo que 'baja la calidad'. Su colección alcanza los 50.000 ejemplares, y su favorito es el Príncipe Valiente, que le acercó a la Edad Media.Vázquez se marchará después de Semana Santa al Vaticano. Allí no se llevará tebeos, pero tendrá ocasión de aprovechar que Italia 'es uno de los países con mejores ediciones'.