Un acercamiento necesario
El encuentro de ayer entre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, sirvió para dejar claro que la unidad de acción de las fuerzas democráticas es posible cuando se trata de afrontar auténticos problemas de Estado como la lucha contra el terrorismo. Algo que los responsables de las dos principales fuerzas políticas del país estaban obligados a garantizar pero que, hace apenas unas semanas, parecía inviable. El sentido común ha vencido a la inercia del enfrentamiento político y abre así la puerta a un posible entendimiento entre el Gobierno y el principal partido de la oposición que se antoja imprescindible para afrontar un proceso largo, duro y difícil, como ayer reiteró el presidente del Gobierno.
Rajoy aceptó la mano tendida por Zapatero, a pesar de que en las propias filas del Partido Popular existen posiciones divergentes sobre cómo afrontar este proceso. Una decisión, pues, merecedora de reconocimiento dado que al líder de la oposición puede no salirle gratis este voto de confianza al presidente. Dado este primer paso, le será más fácil a Zapatero concertar un mínimo común denominador con el resto de las fuerzas políticas y, muy en particular, con el lendakari Juan José Ibarretxe, con quien se entrevistará en La Moncloa el próximo martes. Definir con precisión el papel que desempeñará el lendakari en la nueva etapa abierta por el alto el fuego de ETA evitará suspicacias en un PNV temeroso de quedar injustamente marginado de un proceso que, legítimamente, concita las esperanzas de todas las fuerzas políticas democráticas.
Tal como señalan los representantes de la sociedad civil vasca reunidos en un encuentro organizado por Cinco Días, la esperanza de que esta tregua de ETA sea el primer paso hacia la disolución definitiva de la organización terrorista es hoy más fuerte que nunca. Cautelosa, serena y con temores cimentados en los sonoros fracasos de treguas pasadas, pero esperanza al fin.