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Construcción

México busca socios españoles para nuevas infraestructuras

México da un impulso a su lento plan de infraestructuras. Representantes del Gobierno de Vicente Fox presentan hoy en Madrid ante las constructoras un amplio abanico de proyectos de concesiones para carreteras por 4.700 millones de euros.

México necesita una inversión de unos 55.000 millones de pesos (4.400 millones de euros) al año para mantener, modernizar y construir nuevas carreteras. Lograrlo no es fácil. De hecho, el Gobierno federal de Vicente Fox se ha granjeado fama de lento entre las constructoras españolas por los contratos con cuentagotas que ha ido sacando desde que desembarcó en 2000. Ahora, a cuatro meses de las elecciones, lanza un mensaje de impulso con la presentación de una amplia oferta con más de 30 proyectos de concesiones de carreteras por 4.737 millones de euros.

Hoy por la tarde los desgranará en una conferencia que organiza el Centro de Estudios Económicos y Comerciales (CECO) el número dos de la Dirección General de Carreteras de la Secretaría de Comunicaciones y Transporte, Amado Athié. En el auditorio estarán diversos representantes de las principales constructoras españolas.

Antes de las elecciones está previsto que se liciten unas tres autopistas más, adicionales a la recién convocada de Saltillo-Monterrey. Pero la idea que quiere transmitir el Estado mexicano es que los más de 30 proyectos detectados seguirán su curso aunque cambie el Gobierno en pro de un consenso sobre nuevas infraestructuras.

Algunas de las grandes constructoras españolas ya están presentes en este mercado, y de forma más activa, FCC y OHL que se han adjudicado concesiones. El grupo que controla Esther Koplowitz logró un hospital junto con Acciona el año pasado. La quinta del sector, Sacyr Vallehermoso, está interesada en crecer en este país, aunque a priori le gusta más Chile. Mientras, Ferrovial, a través de su filial de autopistas Cintra, ha dejado claro que México no entra dentro de su apuesta por el exterior. Y Dragados (integrada en ACS) tampoco parece tenerlo entre sus prioridades.

Estos grupos españoles, y también las constructoras de tamaño medio, como Aldesa, Hispánica o Brues, entre otras, figuran en la lista de socios privados favoritos con los que quiere contar la Secretaría de Comunicaciones y Transporte mexicana.

Los ganchos son las nuevas concesiones de carreteras que proyecta bajo dos modelos, un nuevo método de concesiones y los proyectos de prestación de servicios (PPS). Ambos están en el paraguas bajo el que se resguardan cada vez más administraciones ante la falta de dinero público: las asociaciones público-privadas. En este marco, el gobierno en cuestión busca un socio privado que le diseñe, construya y financie en gran parte la infraestructura.

Lo llamativo en el nuevo esquema mexicano es que mezcla el pago de un canon por parte de la Administración a la empresa privada según los estándares de servicio que cumpla con otro pago fijo estipulado de antemano y ligado al tráfico (peaje en sombra). El primer canon supone en torno al 70% de los ingresos que reciben las empresas.

En esta nueva fase de concesiones, 'la idea es españolizar este tipo de esquemas', señalan Ramón Espelt y Andrés Rebollo, socios e impulsores de Asesores de Infraestructuras. La empresa creada por estos dos ex directivos de Ferrovial asesora al Gobierno de Fox en varios de los proyectos. De hecho, el modelo ha recibido algunos ajustes, algo lógico si se piensa que en los últimos diez años México apenas ha sacado a concurso concesiones.

La primera que salió bajo el esquema de prestación de servicios se culminó el año pasado. Los proyectos de Nueva Italia-Apatchigán y Tapachula-Ciudad Hidalgo se licitarán en breve.

Otro gancho para los grupos españoles es la posibilidad de que México privatice las autopistas rescatadas que de nuevo gestiona el Estado.

Animar a constructoras de tamaño medio

Las grandes del sector de la construcción tienen capacidad demostrada para la expansión internacional. Las que tienen un tamaño menor, pero poseen una facturación que muchas veces se acerca a los 1.000 millones de euros, también. Sólo tienen que lanzarse. Y la idea del Gobierno mexicano es captarlas como socios en los nuevos proyectos de concesiones, ya que los volúmenes de inversión de algunos de ellos son asumibles por estas empresas. En algunos casos no llegan a los 60 millones de euros.Isolux Corsán, San José, Aldesa, Hispánica, Ploder, Azvi o Brues son algunos de los principales jugadores en la liga de las constructoras medianas. Las dos primeras, las mayores, exploran de momento otros proyectos distintos a las concesiones de carreteras. Pero el resto es susceptible de entrar en la lista de preferidos del Ejecutivo mexicano. De hecho, algunas de ellas ya tienen experiencia internacional.Para una siguiente fase en las infraestructuras de México, la primera economía latinoamericana, no se descartan concesiones para construir y gestionar hospitales y colegios. España ya ha avanzado en la concesión de edificios sanitarios y ha dado en concesión parte de los servicios de una cárcel en Cataluña, que gestionará Ferrovial.

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