Los independientes del consejo de Móviles forzarán la mejora de la fusión con la matriz
La tarea de pelearse con Telefónica y lograr una mejora de las condiciones de la fusión recaerá en los consejeros independientes de Móviles, que han pedido más tiempo para analizar la información que determinará su postura.
Los consejeros dominicales se abstendrán en el proceso por conflicto de intereses y el único ejecutivo, António Viana-Baptista -presidente de la compañía-, se reservará al mínimo su actuación, sobre todo en las votaciones.
Con este escenario, serán Javier Echenique, Alfonso Merry del Val, Lars Berg, Miguel Canalejo y José María Más -los cinco independientes del consejo- los que recibirán los informes financieros y jurídicos y tendrán que estudiarlos. La fecha clave es el día 29, jornada a la cual se ha retrasado el consejo que, con toda probabilidad, concluirá con una demanda a Telefónica de mejora, ya sea con un canje más favorable o el pago de un dividendo especial.
El retraso del consejo de Móviles hará que coincida con el de Telefónica, que no ha movido su fecha. Con la decisión de la operadora celular en la mano, la matriz tendrá que decidir si la acepta, algo que se da por descontado.
Fusión 'imparable'
A pesar de que todavía queda la parte más importante del proceso por producirse y de que, incluso, los consejeros independientes de Móviles podrían rechazar la fusión -algo que no sucederá, no en vano Telefónica tiene el 92,5% de su filial-, un alto ejecutivo de la matriz aseguró ayer que la operación es 'imparable'.
Así lo señaló Julio Linares, responsable de la cooperación y sinergias del grupo, quien apuntó que el proceso terminará en julio. En lo que suponen las primeras declaraciones públicas de un directivo de Telefónica sobre la operación, Linares explicó que la fusión con Móviles no responderá a los mismos principios que la de Cesky con su filial celular en la República Checa, donde la integración será total.
En el caso de Móviles, y según el ejecutivo, la combinación de los servicios celulares y fijos dependerá de los mercados. Cuantas menos posibilidades tengan de crecer, más se integrarán ambas tecnologías, lo que deja a España como principal campo de pruebas.