ETA declara un alto el fuego permanente
La organización reclama el derecho de los vascos a 'decidir su futuro' y expresa su deseo de que el proceso de paz 'llegue hasta el final'. Todas las fuerzas, salvo el PP, expresaron su apoyo al Gobierno
Era el comunicado más esperado por el Gobierno y le fue anticipado a José Luis Rodríguez Zapatero por sus asesores cuando departía a mediodía en La Moncloa con el consejero del Banco de España Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Las expectativas que el presidente llevaba levantando desde hacía semanas se acababan de cumplir. En su comunicado, ETA declara un alto el fuego 'permanente' a partir de mañana viernes, se fija como objetivo promover un 'proceso democrático en Euskal Herria' para construir un 'nuevo marco' que permita el desarrollo 'de todas las opciones políticas' y reclama el derecho de los vascos a decidir su futuro. La organización terrorista implica también en el proceso de toma de decisiones al Gobierno francés y expresa su 'deseo y voluntad' de que el mismo 'llegue hasta el final'.
El Gobierno tenía descontado desde hacía tiempo este escenario y su primera reacción fue de cautela. El presidente telefoneó en primer lugar al líder del PP, Mariano Rajoy, y al lendakari Juan José Ibarretxe, con los que se entrevistará la semana que viene. Horas después, expresó en el Congreso los criterios que le guiarán en la conducción de un proceso que calificó de 'duro, largo y difícil'. Por encima de todo, se comprometió a obrar con 'calma y prudencia' y también a contar con el concurso de todas las fuerzas políticas, singularmente del primer partido de la oposición. Así se lo hizo ver a Mariano Rajoy, quien horas antes ya había impuesto desde la sede de su partido las condiciones para tender la mano al Gobierno: no a la negociación con ETA, no al pago de un 'precio político' (concepto que no definió) y continuidad de la presión policial contra la banda. En su opinión, la banda sólo anuncia 'una pausa' y no el fin de sus acciones criminales.
La actitud de la cúpula del PP, vista con reserva por algunos de sus líderes ante el temor de autoexclusión de un proceso que puede ser histórico, contrastó con la del resto de las fuerzas políticas, que ayer emprendieron en el Congreso una especie de carrera por ser las primeras en comparecer para tender su mano al Gobierno. En todo caso, la reacción que ayer tuvo Rajoy no fue improvisada, ya que lleva siendo analizada desde hace semanas en las reuniones habituales de maitines de los lunes.
En La Moncloa, también se contaba desde hace tiempo con la inminencia del comunicado, aunque se había decidido no levantar nuevas expectativas ante el cúmulo de previsiones erróneas anteriores. De hecho, el alto el fuego anunciado ayer por ETA se esperaba para las últimas Navidades, pero fue retrasándose hasta el punto de sembrar cierto desánimo en la dirección del PSOE, sólo parcialmente informada por Zapatero. A esta frustración de algunos dirigentes socialistas contribuyó la cadena de atentados sin víctimas y de comunicados de la banda, interpretados por los servicios de información en clave positiva como la antesala del comunicado conocido ayer.
Zapatero y su reducido núcleo de colaboradores que estaba al tanto del proceso, entre ellos Alfredo Pérez Rubalcaba, no abrigaban este pesimismo y tenían razones para ello después de un análisis frío de los pasos dados por ETA y la izquierda aberzale desde el año 2004. Pocos meses después de tomar posesión como presidente del Gobierno, Zapatero recibió un recado de la organización terrorista en el que le transmitía su disposición a negociar el fin de la violencia. La banda siempre había actuado así en los casos de anteriores relevos en la Presidencia del Gobierno y el presidente autorizó a que se acreditara la voluntad real de ETA de abandonar la violencia. Para ello delegó por consejo de sus asesores en el socialismo vasco. En la interlocución con el mundo aberzale ha tenido un protagonismo especial desde entonces el dirigente guipuzcoano Jesús Eguiguren.
El fruto de estos contactos se percibió discretamente desde el Gobierno en otras dos crestas que marcaron un antes y un después en el proceso. En primer lugar, la declaración de Batasuna en Anoeta, de la que se cumplen 16 meses, en la que por primera vez la izquierda aberzale apostaba por vías políticas para resolver el 'conflicto' y, además, fijaba una especie de hoja de ruta para conseguirlo que, todavía a día de hoy, sigue vigente. Este guión descansa en la formación de dos mesas de diálogo, una integrada por los partidos políticos vascos orientada a elaborar un nuevo marco jurídico para esta comunidad, y otra formada por el Gobierno y ETA para decidir el futuro de los 700 presos de la banda.
En segundo lugar, la buena marcha de las conversaciones se percibió cuando la propia ETA anunció el pasado verano que los cargos electos del País Vasco quedaban fuera de sus objetivos criminales. En el Gobierno se decidió relativizar en público la importancia de esta decisión, pero internamente fue interpretada como una primera victoria y, sobre todo, como una señal evidente de que algo se empezaba a mover de verdad en las entrañas de la organización terrorista.
Autorización del Congreso
Para conseguir éste y otros gestos, Zapatero no había permanecido parado. Con la incomprensión del PP, el único partido que votó en contra, había promovido en mayo del año pasado una resolución en el Congreso por la que se autorizaba al Gobierno a negociar con ETA siempre que se produjeran 'las condiciones adecuadas para un final dialogado de la violencia'. El presidente señaló ayer que se dará su tiempo para analizar si el anuncio etarra cumple estos requisitos y que pedirá autorización a la Cámara Baja para iniciar este diálogo una vez haya recogido las opiniones de todas las fuerzas políticas, muy en particular la del Partido Popular.
El alto el fuego de ETA, el primero de su historia al que otorga carácter 'permanente', pero el noveno si se tienen en cuenta todas las treguas declaradas hasta ahora, se produce en un momento de especial debilidad operativa de la banda armada como consecuencia, sobre todo, de la cadena incesante de detenciones registrada desde el año 2000 y, también, del eficaz grado de infiltración en la banda conseguido por las fuerzas de seguridad, favorecida por la permeabilidad de los activistas que en el último quinquenio han agitado la violencia callejera en el País Vasco.
La creciente fragilidad de la banda ha corrido paralela en los últimos años a la expulsión de Batasuna de las instituciones como consecuencia de su ilegalización. Los principales actores de la izquierda aberzale en el incipiente proceso de paz, desde el navarro Fernando Barrena hasta el propio Arnaldo Otegi, enfrentado al posible ingreso en prisión, eran los primeros interesados en acelerar el alto el fuego de ETA, una decisión vinculada a su posible presencia en las candidaturas de las elecciones locales del año que viene y, por tanto, a la superación de los límites que impone la Ley de Partidos todavía vigente.
La 'prudencia' con la que Zapatero se propone afrontar un desafío que en las filas del Gobierno y del PSOE se califica de 'histórico', parece obligada a la vista de las incertidumbres que se atisban para acabar con lo que el propio presidente calificó ayer de 'drama histórico'. Al margen de la credibilidad que merezca la voluntad expresada ayer por ETA, en medios socialistas se relacionan estas incertidumbres con las dificultades que pueden surgir si el PP no se suma lealmente a los esfuerzos del Gobierno para acabar con ETA y continúa instrumentando los sentimientos de las víctimas, hacia las cuales Zapatero tuvo ayer un recuerdo especial. También hay dudas sobre el grado de compromiso en el proceso de un sector del PNV y de las complicaciones que habrá que superar cuando se demuestren las reservas de la mayoría de los partidos vascos a que el lendakari Ibarretxe lidere la mesa de partidos que tendrá que alumbrar un nuevo Estatuto y preparar el futuro referéndum.
Por último, se desconoce cual será la reacción de ETA si, llegado el momento de negociar el futuro de los presos, no se consigue comprometer en la solución final al primer partido de la oposición.
Sin disponer de una información contrastada al respecto, algunos de los dirigentes políticos más optimistas creen que cuando ETA ha dado el paso que anunció ayer puede haber más camino recorrido del que se ve. Los más pesimistas, en cambio, se aferran a la opinión expresada ayer por Zapatero en el sentido de que después de tantos años de terror al Gobierno le espera una auténtica carrera de obstáculos.
Ibarretxe inicia contactos para una mesa sin exclusiones
Diálogo 'sin exclusiones' y decisión de la sociedad vasca sobre el propio futuro. La declaración institucional del lendakari del Gobierno vasco, Juan José Ibarretxe, ante el anuncio de la tregua de ETA se puede resumir en esos dos conceptos. El proceso que espera Ibarretxe pasa por la creación de una mesa con todos los partidos para crear un nuevo marco jurídico que sea ratificado por la ciudadanía vasca.El lendakari inició su intervención manifestando su 'alegría porque, por fin, ETA ha escuchado a la sociedad vasca'. Tras la valoración positiva, recordó que la sociedad exige la 'desaparición plena y definitiva de todas las manifestaciones de violencia', y que 'es obligación de ETA no frustrar nunca más la ilusión de nuestro pueblo'.A partir de ese punto, Ibarretxe pasó a hablar de futuro. El lendakari hizo un llamamiento público 'a todas las fuerzas y sensibilidades políticas' para trabajar conjuntamente para 'alcanzar un Acuerdo de Normalización Política que, posteriormente, sea ratificado mediante consulta democrática por la sociedad vasca'.En ese punto explicó sus primeras iniciativas como jefe del Gobierno vasco en el nuevo contexto: 'He iniciado ya el contacto con los representantes de todas las fuerzas políticas vascas para valorar este nuevo escenario de esperanza y para plantearles el inicio de una fase preliminar de diálogo sin exclusiones', anunció, lo que incluye en la mesa a la ilegalizada Batasuna. El diálogo inicial servirá para concretar el calendario, la metodología y los contenidos del proceso 'para abordar con garantías' la creación de una mesa de partidos. El objetivo, 'un acuerdo integrador para la normalización política' que será sometido a consulta popular'.La declaración no omitió una referencia a un aspecto polémico. Así, explica que 'todos tenemos que ser capaces de mostrar un reconocimiento sincero a todas las víctimas, que siente las bases del camino para la reconciliación en la sociedad vasca'. La inclusión del término 'todas' parece ampliar el espectro a alguien más que las víctimas de los atentados y la extorsión. Los dirigentes nacionalistas acostumbran a incluir en ese monto a las familias de los presos e incluso a estos mismos.La declaración termina con una frase que no esconde las aspiraciones de autodeterminación del Ejecutivo vasco: 'Es tiempo de que la sociedad vasca pueda decidir, en paz y en libertad, su propio futuro'.En línea con BatasunaEn la misma línea -también presente en el propio comunicado de la banda terrorista-, se pronunció el portavoz de la coalición aberzale Batasuna. El partido independentista podría ser uno de los más beneficiados por la declaración etarra. En un escenario de fin de la violencia, la ilegalización de Batasuna dejaría de tener sentido y se abriría su participación en las elecciones municipales del año que viene. En su declaración de respuesta al comunicado etarra, el dirigente batasuno Pernando Barrena aludió también a la autodeterminación: 'los gobiernos español y francés deben abrir una nueva etapa política tras el anuncio de alto el fuego de ETA y facilitar un proceso de diálogo que respete la palabra de la ciudadanía vasca'. También se refirió a otra de sus reclamaciones clásicas, la territorialidad, que llevaría el ámbito de decisión hasta Navarra e Iparralde (país vasco francés): la mesa de diálogo 'debería constituirse sin exclusión territorial ni ideológica alguna'.Barrena calificó la decisión de ETA como 'valiente y comprometida'. A su juicio, su verdadero destinatario es el pueblo vasco, que es el que debe liderar un proceso de negociación que defina un acuerdo sobre la territorialidad y el derecho de autodeterminación'.Barrena ejerció de portavoz de la coalición radical sustituyendo a Arnaldo Otegi, aquejado de una neumonía que le ha impedido comparecer ante el juez en los últimos días.
Comunicado de ETA
MENSAJE DE EUSKADI TA ASKATASUNA AL PUEBLO VASCOEuskadi Ta Askatasuna ha decidido declarar un alto el fuego permanente a partir del 24 de marzo de 2006.El objetivo de esta decisión es impulsar un proceso democrático en Euskal Herria para construir un nuevo marco en el que sean reconocidos los derechos que como Pueblo nos corresponden y asegurando de cara al futuro la posibilidad de desarrollo de todas las opciones políticas.Al final de ese proceso los ciudadanos vascos deben tener la palabra y la decisión sobre su futuro.Los Estados español y francés deben reconocer los resultados de dicho proceso democrático, sin ningún tipo de limitaciones. La decisión que los ciudadanos vascos adoptemos sobre nuestro futuro deberá ser respetada.Hacemos un llamamiento a todos los agentes para que actúen con responsabilidad y sean consecuentes ante el paso dado por ETA.ETA hace un llamamiento a las autoridades de España y Francia para que respondan de manera positiva a esta nueva situación, dejando a un lado la represión.Finalmente, hacemos un llamamiento a los ciudadanos y ciudadanas vascas para que se impliquen en este proceso y luchen por los derechos que como Pueblo nos corresponden.ETA muestra su deseo y voluntad de que el proceso abierto llegue hasta el final, y así conseguir una verdadera situación democrática para Euskal Herria, superando el conflicto de largos años y construyendo una paz basada en la justicia.Nos reafirmamos en el compromiso de seguir dando pasos en el futuro acordes a esa voluntad.La superación del conflicto, aquí y ahora, es posible. Ese es el deseo y la voluntad de ETA.Euskal Herrian, 2006ko martxoanEuskadi Ta AskatasunaETA.