España abre la puerta a los OMV
La Comisión Europea respaldó el pasado 31 de enero la propuesta realizada por la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) que pretende fomentar e impulsar la competencia y la reducción de precios en telefonía móvil, y da entrada a los operadores móviles virtuales (OMV) en el mercado español.
Este espaldarazo europeo no cambia drásticamente la situación legislativa anterior. Según la CMT ya había operadores con licencia A2, que podían cerrar acuerdos con los operadores actuales. Pero de hecho, con la nueva situación el regulador impulsa el desarrollo de OMV y se reserva la potestad de intervenir cuando lo considere necesario, aunque quedan numerosas cuestiones e interrogantes que deberán ser abordadas en los próximos meses.
Los operadores con red ahora van a tener la obligación de atender las solicitudes razonables de acceso a su red... y además a 'precios razonables'. Cuánto de 'razonables' serán estos precios está por ver y entrañará conversaciones y negociaciones entre las partes, aunque si no hay acuerdo entre ellas, la CMT podrá intervenir y determinar las condiciones razonables de precios, plazos, etcétera.
Ante este panorama, los operadores con red evaluarán y buscarán los mejores aliados para generar situaciones que reporten beneficios para todos (win-win): para sus propias operaciones y utilización de sus infraestructuras, para los nuevos entrantes, para los consumidores La clave es que estos aliados sean actores comprometidos con el sector, que inviertan y que ofrezcan ventajas y beneficios más allá del precio. Igualmente, deberán presentar una buena complementariedad al operador, bien por segmentos de mercado, bien por acceso y canales de distribución y servicio, o bien por contenidos y servicios a ofrecer.
El mercado español presenta una elevada penetración que roza ya el 100% de la población. El nivel competitivo es muy alto con una tasas de portabilidad importantes (casi siete millones de líneas hasta la fecha). La estrategia de los tres operadores se centra fundamentalmente en la fidelización de su base de clientes, la potenciación de nuevos productos y servicios y, este último año especialmente, en la captación de clientes de sus competidores.
En este entorno, el reto de los nuevos operadores será ofrecer más ventajas y beneficios al consumidor, de las que el precio será una de ellas, pero no la única. La clave va a ser aportar una oferta diferencial construida sobre activos y capacidades que se puedan aprovechar, sobre inversiones y compromisos de desarrollo y sobre una permanente innovación, especialmente en nuevos productos y servicios.
Seguramente, a medio plazo se desarrollarán bastantes operadores: la mayoría serán jugadores de nicho o especializados, desarrollados a partir de activos o capacidades que les reporten una ventaja competitiva específica. Pocos adquirirán un tamaño relevante.
La aparición de los nuevos competidores debería tener un efecto positivo en precio para el usuario final. Pero sería deseable que el mercado no entrara en procesos de guerra de precios, procesos que a corto plazo pueden ser beneficiosos para el consumidor final, pero que a medio plazo podrían mermar la capacidad inversora del sector, las nuevas y continuas apuestas por la innovación y el mantenimiento y creación de puestos de trabajo.
La competencia entre los operadores actuales ha hecho que el nivel de precios haya descendido en los últimos años, acercándose progresivamente a la media europea. Junto a ello, las estrategias de incentivación de terminales de las compañías actuales han proporcionado ventajas tangibles para los clientes que, además, disponen ampliamente de terminales con potencial para el desarrollo del mercado de datos.
Queda aún por ver cuáles son las condiciones que se imponen a los operadores de red, así como las que deben cumplir los OMV potenciales. Y quedan meses por delante de aproximaciones, negociaciones, búsqueda de acuerdos razonables que esperemos resulten en esa situación win-win que hemos descrito, para que la banda ancha en movilidad no vea retrasado su desarrollo respecto al resto de países de nuestro entorno.