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CincoSentidos

âpera prima sobre el tránsito a la madurez

El irlandés Barry McCrea mezcla géneros en 'Literati'

Hubo un tiempo para Barry McCrea en que la literatura contenía todas las respuestas y Joyce, García Márquez o Proust eran como una secta. 'Me di cuenta de que me equivocaba, la literatura no es una caja de respuestas, sino una caja de herramientas. Como todo, tiene sus peligros; si crees demasiado, pierdes totalmente el rumbo'.

En Literati, su ópera prima publicada en España por Destino, los protagonistas están atrapados en las redes de un sistema de lectura mística. Son los sortes (suertes) romanos o los sincronismos de Jung, un método de adivinación utilizado por remotas civilizaciones. Un ejemplo es el de San Agustín, cuya lectura al azar de unas líneas de la Biblia provocó su conversión. Los romanos o los cristianos buscaban el futuro en los textos de Virgilio o la Biblia, tan perfectos que no podían mentir. 'Los personajes de la novela tampoco saben de las mentiras del mundo', comenta McCrea. Lo que al principio parece un juego inocente se revela como una peligrosa adicción.

El escritor irlandés, de 32 años, empezó con nueve menos a escribir una novela autobiográfica, pero ningún género le convenía, de modo que se planteó el desafío de utilizar tres a la vez: thriller, obra literaria y novela iniciática.

Literati habla de la frágil edad fronteriza en que se deja la adolescencia y se ingresa en la madurez. El juego de hacer preguntas y buscar las respuestas en páginas de libros escogidos al azar es la herramienta de la que se vale Barry McCrea. El escritor lo practicó con la pandilla en la universidad, el Trinity College de Dublín, escenario de la novela. 'Era un símbolo de lo que nos estaba pasando, buscábamos respuestas e íbamos descubriendo el mundo, la amistad, el amor, el sexo'.

A través de los párrafos escogidos por los protagonistas al azar, la novela rinde homenaje a varios autores. Mientras Barry McCrea escribía el libro, practicó el juego literario. Cuando los protagonistas escogían un pasaje, él, en su habitación, elegía otro al azar, si la respuesta no convenía, lo intentaba otras dos o tres veces, pero no más, explica. 'El juego y el azar también han escrito su parte en la novela. Incluso la trama ha sido en cierto modo determinada por el azar', revela.

Los ingredientes de Literati son muy comerciales: intriga, sectas, secretos. El lenguaje y una base de realidad salvan a la novela de ser etiquetada de fantástica, en opinión de Barry McCrea. 'Tengo más cuidado con el lenguaje que con la trama'.

El escritor describe la vida urbana, agitada y noctámbula de los bares y pubs de Dublín y París, las fiestas de estudiantes y yuppies, el mundo homosexual. Barry McCrea encuentra que la novela iniciática americana está muy centrada en el individuo y él quería un ambiente de relaciones sociales, de idas y venidas del trabajo, de amistades, incluso las superficiales. 'Irlanda es un país donde cuentan las relaciones sociales. Uno no se forma en su cuarto por sí mismo, leyendo, sino por las relaciones sociales'.

Una realidad, también, con teléfonos móviles. Los mensajes de texto son muy útiles a la historia. Cuando empezó la novela no existían -'a veces olvidamos lo recientes que son los móviles'-, incorporó los avances tecnológicos después.

Su nueva novela será diferente. 'Hablará de personas mayores, porque ya no tengo 23 años, a pesar de las apariencias'.

Descubrimiento del año para Barnes and Noble

Por su contenido, Literati ha sido comparada con títulos clásicos como El guardián en el centeno de Salinger o Bajo la rueda de Herman Hesse. Por su narración, los críticos han buscado referencias en los también irlandeses Joyce y Beckett. 'Para nada estoy a su nivel', se apresura a contestar Barry McCrea. Literati ha recibido influencias en una primera fase del García Márquez de Crónica de una muerte anunciada, Borges y Cortázar. Después, de Joyce y el Ulises, entre cuyas páginas el autor creyó encontrar todas las respuestas que se pueden plantear en la vida. Por último, de Nabokov y Proust.McCrea, licenciado en literatura francesa y española y actualmente profesor de Literatura Comparada en la Universidad de Yale, precisa que no son tantas las críticas recibidas y que en la novela ha funcionado mejor el boca a boca. Recuerda que pasó cuatro años intentando que una editorial aceptase el manuscrito. Como no lograba que la publicaran, 'me rechazaron en 25 ocasiones', la reescribió tres o cuatro veces hasta que una editorial americana la aceptó, con una tirada modesta y un anticipo en línea con los ejemplares impresos.El año pasado la mayor librería de Estados Unidos, Barnes and Noble, eligió Literati como el descubrimiento del año.

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