Mozart y Kafka, en Praga
La capital checa es en estos días punto de encuentro de ambos genios, arropados por la sombra de sus 'papás' respectivos
Mozart visitó 204 ciudades en su vida, pero sentía por Praga una confesada debilidad. 'Allí me entienden', decía, y también: 'Mi orquesta está en Praga'. Allí estrenó dos óperas, así como la llamada Sinfonía Praga y algunas piezas más, y cosechó el éxito que su patria le escatimaba.
Le querían y se dejaba querer. Visitó la ciudad en cinco ocasiones, siendo huésped del matrimonio Dusek en la plácida Villa Bertramka (antes, a las afueras; ahora convertida en Museo Mozart). Pero en realidad todos los notables le requerían; hay una treintena de palacios en los que dio o asistió a conciertos, y algunas iglesias, como el monasterio de Strahov, donde improvisó al órgano.
En el Teatro de los Estamentos estrenó Don Giovanni (y después, La clemenza di Tito). No es leyenda, sino pura crónica, que tuvo que acabar la obertura sólo unas horas antes de alzarse el telón; lo hizo en villa Bertramka, y el inicio de la función se retrasó unos minutos porque estaban acabando de copiarse las partituras para los músicos; éstos ejecutaron alla prima, o repentizando, y salió bien.
Praga ha adoptado al Don Giovanni como cosa propia. El Teatro Nacional de Marionetas la representa en dos funciones diarias, que hacen las delicias de turistas fáciles, y de amantes de las marionetas (más que de Mozart, o de la música).
Para los verdaderos amantes de la música existen otras alternativas. Amplificadas al infinito por el proyecto Mozart Praga 2006. Hay sobre todo tres sedes (nacidas con el despertar nacionalista del siglo XIX) que son un must para el melómano: el Teatro Nacional, que era el templo de los creadores en lengua checa, la âpera Nacional, antiguo teatro de lengua alemana, y el Rudolfino (sala de conciertos). Para hacerse una idea de la vitalidad de estos centros musicales: sólo en la âpera Nacional, en un mes, se pueden ver tantos títulos como en la âpera de Madrid en cuatro años.
Luego están los museos de la música. Además del ya citado Museo Mozart de Villa Bertramka, acaba de abrirse la Casa de la Música, en la antigua iglesia de la Magdalena (secularizada, sirvió de todo: correos, corrala de vecinos, archivo; la parte del monasterio será abierta en breve como hotel de lujo). Es de lo mejor del género en el mundo. Mucho más modesto, pero más entrañable para los checos, es el Museo de Smetana, padre de la música checa (nacionalista). Está junto al célebre Puente de Carlos. Justo enfrente, al otro lado del río, un cartel reciente anuncia el nuevo Museo de Kafka.
En realidad, es una exposición que recorrió varias ciudades, Barcelona entre otras, y se queda en Praga de forma permanente. La ciudad, de pronto, se ha dado cuenta de que Kafka pone huevos de oro. Hace algunos años, muchos checos ni habían oído hablar de él. Ahora existen libros y folletos con la 'ruta de Kafka', varios cafés y librerías llevan su nombre, se le acaba de erigir una estatua kafkiana en el barrio judío, el merchandising capitalista estampa su efigie en camisetas y sudaderas, en tazas de café, cuadernos, en cualquier cosa.
Lo mismo que el santo nombre de Mozart. Tanto el escritor como el músico tuvieron una peculiar relación con el padre; Kafka saldó su cuenta con la famosa Carta al padre; Mozart -si hemos de creer a Milos Forman- hizo un transfert del suyo a la figura del Comendador de Don Giovanni.
Parece que Praga es ideal para los complejos de Edipo.
Guía para el viajero
Cómo irCSA Czech Airlines (91 5426166, www.czechairlines.com) tiene dos vuelos diarios a Praga desde Madrid y Barcelona; el precio del billete ida/vuelta es a partir de 130 euros más tasas (unos 60 euros). La compañía checa de bajo coste Smart Wings (902 158468, www.smartwings.net) vuela a Praga desde Madrid, Palma de Mallorca y Barcelona, a partir de 70 euros ida/vuelta, más las tasas.DormirEl Hotel Mövenpick Prague, de cuatro estrellas, (Mozartova 261, +420 257 151111, www.moevenpick-prague.com) está situado a sólo unos pasos de Villa Bertramka, y es especialmente idóneo para hombres de negocios, con salas de conferencias, zona business, spa, etc.; situado en un parque, los dos cuerpos separados del hotel se unen mediante un teleférico; vistas asombrosas.ComerEn Villa Bertramka (museo Mozart) se puede comer algo (Mozartova 169, +420 257 316753). Un lugar muy especial es el restaurante Kafka, en la propia casa natal del escritor (junto a la iglesia de San Nicolás, en la Plaza de la Ciudad Vieja). Un lugar simpático, la antigua cervecería Novometsky Pivovar (Vodickova 20, +420 222 232 448, cerca de plaza Wenceslao), donde siguen haciendo su propia cerveza.Más información Para más información: www.mozartpraha2006.cz