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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El necesario ajuste de RTVE

La SEPI confirmó ayer que el plan de ajuste de RTVE afectará a 3.133 trabajadores de la plantilla fija, el 39% del total. La cifra asciende a 3.740 personas si se incluye a los trabajadores con contratos artísticos o por obra. Lamentablemente, la información aportada por el holding público se reduce a este dato. Quedaron sin especificar aspectos clave como cuál será el coste de la reestructuración, el desglose (cuántas prejubilaciones, cuántas bajas incentivadas) o el efecto que tendrá sobre las cuentas del ente. Sin embargo, el anuncio sirve para constatar que el Gobierno está decidido a implantar el plan durante la segunda mitad de la legislatura, a pesar de que puede derivar en un importante conflicto social.

Los sindicatos convocarán movilizaciones para intentar reducir la cifra de empleos suprimidos y mejorar las condiciones de quienes abandonen la empresa. Forma parte de la escenificación propia de cualquier ajuste. Lo que no es de recibo es que quienes no se atrevieron a poner coto a la sangría económica de RTVE utilicen ahora este asunto como arma arrojadiza.

La portavoz popular en la Comisión de Control de RTVE en el Congreso dijo ayer que este plan supone la 'puntilla brutal de una estrategia liquidadora del ente público' y que su grupo tomará iniciativas parlamentarias para evitar que el 'PSOE deje a RTVE en un servicio marginal y desacreditado'. Es de esperar que la amenaza quede sólo en amago, porque resultaría inadmisible que el principal partido de la oposición intente frenar el primer intento serio de redimensionar RTVE para garantizar, precisamente, su supervivencia.

El ente público, que acumula una deuda de 7.500 millones, acaba de cerrar otro ejercicio con pérdidas de más de 600 millones. Y la oferta es hoy lo suficientemente amplia y plural (tanto por los canales y emisoras privados como por las televisiones públicas autonómicas) como para que estas cifras resulten inasumibles. Para que los ciudadanos sigan dispuestos a costearla, RTVE debe reducir tamaño y cambiar de modelo para centrarse en su función de servicio público.

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