El empleo tras los cambios en la EPA
En la Encuesta de Población Activa (EPA) se han introducido a lo largo de 2005 importantes modificaciones. Por un lado, se ha renovado la proyección demográfica con la que se estima la base poblacional de la encuesta (de 16 y más, que reside en hogares familiares) para recoger los datos del Censo de Población de 2001 y la evolución más reciente de la inmigración. Y, por otro, se han introducido importantes cambios en el cuestionario y la forma de la entrevista y, además, se ha ampliado y actualizado la muestra.
Estas reformas han influido notablemente en los resultados de la EPA, por lo que el INE ha utilizado dos vías para corregirlos. La primera ha consistido en revisar las series estadísticas de la encuesta para el periodo 1996-2004 con base en las nuevas proyecciones demográficas y teniendo en cuenta la creciente inmigración que se produce, sobre todo, a partir del primer año. Y la segunda se ha materializado en la realización en el primer trimestre, fecha de la introducción de los cambios metodológicos, de una encuesta testigo con una muestra inferior a la de la EPA (15.000 hogares familiares, en vez de 65.000) con el cuestionario y el método de entrevista anteriores.
La serie revisada 1996-2004 permite comparar con la misma base poblacional los datos de 2005 con las cifras de años anteriores. Por su parte, la comparación de los resultados originales de la encuesta del primer trimestre con las estimaciones derivadas de la encuesta testigo posibilita la obtención de cifras corregidas de los cambios del cuestionario y la entrevista, aunque no de los posibles efectos de la ampliación y actualización de la muestra.
Después de la publicación por el INE de los resultados de la EPA del cuarto trimestre de 2005, y utilizando tanto los datos originales como las dos vías citadas para corregir los cambios metodológicos introducidos, es posible realizar un balance del mercado de trabajo español en el pasado año con base en la única fuente estadística que permite estimar simultáneamente la población ocupada y la parada y su suma -la población activa-, así como las tasas de paro y actividad.
En concreto, la población ocupada con las cifras originales de la encuesta aumentó en 2005 el 5,6%, tasa que, si se corrige con la encuesta piloto de los cambios de cuestionario y entrevista, se convierte en el 4,8%, lo que significa que ocho décimas porcentuales se deberían, según estas estimaciones del INE, al impacto de dichos cambios. Comparando la tasa corregida de variación del empleo de 2005 con la correspondiente a 2004, el 3,9% (que sí incluiría el efecto del cambio demográfico pero no el resto de las modificaciones metodológicas), se constata una importante aceleración del empleo en el pasado año.
Por su parte, la población activa ha tenido un comportamiento más moderado, ya que ha registrado en promedio en 2005 un aumento en cifras originales del 3,5% y en cifras corregidas del 3,2%, tasa esta última inferior en una décima a la de 2004. Aun así, la tasa de actividad asciende al 57,4% y 57,2% con datos originales y corregidos, respectivamente, superior en ambos casos a la de 2004 (56,4%) y el máximo histórico de la serie.
Como consecuencia de la importante aceleración del empleo y la ligera desaceleración de la población activa en 2005, el paro muestra un acusado descenso en el pasado año, el 13,6% según los datos originales y el 10,1% según las estimaciones corregidas del INE, cuando la disminución del paro en 2004 se situó en el 1,3%. De la evolución del paro y la población activa se obtiene la tasa de paro, que se reduce desde el 11% en 2004 al 9,2% con los datos originales y 9,6% con los corregidos en 2005, tasas que, en cualquier caso, son las más bajas desde 1979.
Otras dos variables, relacionadas con el empleo, relevantes para el análisis del mercado de trabajo son las tasas de temporalidad y parcialidad; las dos han aumentado en 2005. La primera (porcentaje del empleo asalariado con contratos temporales), que alcanzó el 32,4% en 2004, se elevó al 33,3% en 2005 con los datos originales y al 34,2% con los datos corregidos, mientras que la segunda (porcentaje del empleo a tiempo parcial sobre el total de la población ocupada) creció desde el 8,7% en 2004 hasta el 12,4% con los datos originales y el 10,4% con los corregidos en 2005.
Resumiendo, en 2005, pese a que los cambios metodológicos introducidos en el primer trimestre han incidido notablemente en los resultados de la EPA, es posible deducir con las estimaciones obtenidas por el INE que, incluso, con los datos corregidos de dichos cambios, se produce una sustancial aceleración del empleo (en medida importante temporal y a tiempo parcial), que acompañada de una ligera desaceleración de la población activa, conduce a un acusado descenso de la tasa de paro, hasta situarse en niveles no conocidos desde 1979.