El salón de las telas desvela las claves del verano de 2007
Los creadores de tendencias y los profesionales de la moda que desde el pasado lunes y hasta hoy han acudido al Salón Textil Internacional para la Confección, lo tienen claro. En el verano de 2007, el aire y la luz serán los protagonistas de la moda. Las claves ya están desveladas y, al menos en lo que ha confección se refiere, sólo falta por conocer el corte que los modistos darán a la tela porque el estampado y el tipo de tejido ya han pasado su pasarela particular en esta feria que echa hoy el cierre a su décima edición en el recinto ferial de Ifema en Madrid.
Pese a que Textilmoda se desarrolla dos veces al año un poco a la sombra del más grande Salón Internacional de la Moda de Madrid (SIMM) la proporción de empresas expositoras internacionales sobre las nacionales que acuden a esta cita es algo superior (90 sobre 80), una circunstancia muy valorada por los organizadores y que rara vez ocurre con otras ferias. Eso sí, se trata de una cita muy europea ya que los países participantes son Alemania, Bélgica, Bulgaria, Francia, Italia, Portugal, Reino Unido, Turquía y Países Bajos. De España, la presencia empresarial procede en su mayoría de Cataluña.
Al margen de la calidad de las empresas que acuden a este encuentro, entre las que figuran marcas de renombre como Cadena o la fabricante de botones y hebillas Luca Cuccolini -ambas partícipes del comité organizador de la feria- el gabinete francés de tendencias Nelly Rodi es uno de los grandes atractivos de Textilmoda que ha estado guiando el Foro de Tendencias que a diario ha reunido a buena parte de los asistentes al salón.
Atendiendo a lo visto durante estos tres días de feria, las víctimas de la moda podrán apuntarse a uno de estos 'vientos' más marcados para el verano 2007: brisa del Báltico, monzón tropical o viento cortante, así como al humor asiático como cuarta línea de tendencia. Bajo estas propuestas se esconden, por un lado, la estética algo infantil del espíritu escandinavo a partir de colores fríos como el dúo azul y blanco y con telas como la felpa para los jerséis y los aires del viajero por Asia con colores paja y gamba en tejidos tipo adamascados y con estampados de estilo tapicería.
La elegancia de los años 30 vuelve a poner sobre la mesa las gasas y las rayas marineras y para los que el verano es sinónimo de colorido a rabiar, los creadores proponen sedas, tafetanes suaves y crespón de poliéster con motivos que, de forma ineludible, pasan por la India y combinan tonos tan arriesgados como el rosa fuerte con el naranja y el azul pavo real como combinación estrella.