La reordenación no ha hecho más que empezar
En Europa continental, sin incluir Rusia, sólo habrá espacio en los próximos años para tres o cuatro compañías eléctricas. Con esta premisa, que defienden expertos de la banca de inversión y de consultoras, parecen moverse los directivos de las empresas europeas del sector que intentan estar dentro de las supervivientes. La opa de la alemana Eon a Endesa disparó ayer la cotización de todos los valores eléctricos en las Bolsas de Fráncfort, París, Milán o Madrid, y está llamada a convertirse en el detonante para una remodelación y concentración empresarial. Así se mostraba además por las reacciones de algunos de los protagonistas como la italiana Enel, que manifestaba que está estudiando operaciones en España, Francia y Europa del Este.
Y las primeras reacciones del mercado ya se están produciendo en España. Apostando por el hecho que Gas Natural no podrá superar el precio que ofrece el gigante alemán, los analistas creen que el mapa que se configuraba con esa operación se diluye, mientras que se perfilan nuevas operaciones y alianzas. Las quinielas y escenarios son diversos, y más en una etapa en la que las grandes compañías cuentan con liquidez y solvencia suficiente para afrontar transacciones que aseguren su presencia, incluso hegemonía, en los mercados.
Si el Gobierno español no consigue obstaculizar la operación, ¿reaccionará la italiana Enel, que esperaba crecer con fuerza en España, ante el paso dado por Eon? ¿Y cómo? Aunque algunos expertos apuestan por una nueva opa competidora sobre Endesa, tampoco se descarta que opte por tomar mejor posiciones en el mercado español a través de Iberdrola o Fenosa.
Los analistas apuestan por un pacto Gas Natural- Iberdrola, como alternativa
Pero la verdadera clave de la estrategia de la empresa italiana estaría en el logro de un pacto con el grupo francés Suez, que controla la belga Tractebel, como, según fuentes del mercado, le aconseja un conocido banco de inversión. Y es que ninguna gran operación está descartada, tras el anuncio de Eon de la adquisición eléctrica más voluminosa de la historia europea.
Y mientras que RWE está más enfocada a crecer en Europa del Este, el grupo francés EDF, que ha iniciado su privatización tímidamente, sí movería ficha ante el paso dado por Eon. Esa empresa sigue luchando por recuperar el liderazgo en Europa, arrebatado y ahora más cuestionado por alemana. Y es que los eventuales movimientos de esas dos grandes compañías son en parte los que llevaron al sector ayer a récords en las Bolsas.
En España, la situación es más compleja. Si fracasa Gas Natural en su intento de hacerse con Endesa, la pregunta que se hacen los expertos es si la gasística tiene preparado un plan B. Y si éste consiste en una operación con Iberdrola, empresa que ha defendido en los últimos meses la bondad de unir electricidad y gas. En cualquier caso, creen que el grupo que preside Sebastián Gabarró está obligado a seguir adelante y que un acuerdo amistoso de fusión con Ignacio Sánchez Galán, primer ejecutivo de la eléctrica, sería la mejor elección.
Yendo más allá, y ante la perspectiva que sólo haya hueco para unas cuantas eléctricas en Europa en un contexto de mercado liberalizado en 2007 y con necesidad de fuertes inversiones, fuentes del sector destacan que la opción más idónea volvería a ser la fusión de Endesa e Iberdrola.
No obstante, los problemas que se le acumulan al Gobierno español, superan el ámbito del sector eléctrico. Hasta ahora parecía que las grandes compañías no se embarcaban en adquisiciones de gran envergadura en sectores regulados si el Gobierno del país correspondiente estaba en contra de la transacción. Ahora, Eon ha superado ese prejuicio, conociendo a la perfección que el equipo de Rodríguez Zapatero ha apoyado la creación de un gran grupo español con la suma Endesa y Gas Natural. Es más, ha venido de la mano de la dirección de la eléctrica española que tenía a varios bancos de negocio buscando por el mundo un caballero blanco.
Y la pregunta que surge ahora es si podría ocurrir algo similar con Repsol, si el Ejecutivo no para a Eon. La petrolera, que ha perdido su golden share al contrario de lo que sucede en Endesa, está en el punto de mira de las grandes europeas, como la italiana Eni, la británica BP y la anglo-holandesa Shell, y también de americanas como Chevron. Si la idea de no contrariar a los Gobiernos en un sector sensible ha sido superada, algunos analistas estiman que otros grupos podrían moverse en la misma línea.