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Tribuna
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La agencia Efe como ejemplo

Existe un pesimismo generalizado respecto a la viabilidad de las empresas públicas en el sector de la comunicación, pesimismo que en buena medida se origina por la desafortunada gestión del actual Gobierno en relación con Radiotelevisión Española. En efecto, junto al desgraciadamente histórico desplome de la audiencia de TVE, se ha producido un notable empeoramiento de los resultados económicos de RTVE, tanto por la caída de los ingresos publicitarios como por el retorno al crecimiento incontrolado de los gastos.

La consecuencia es que ha vuelto a aumentar el coste del funcionamiento de RTVE. La aplicación del plan marco logró disminuir el coste real neto -déficit más subvención-, que en 2003 se había reducido a prácticamente la mitad -60%- del coste medio correspondiente al periodo 1992-1996. Sin embargo, la actual gestión de RTVE ha quebrado la tendencia descendente de dicho coste que, según el presupuesto para 2006, crecerá un 12%.

Además, el proyecto de ley que se está tramitando dibuja un modelo económico para RTVE en el que sus gastos y su déficit real -antes de la subvención- pueden crecer sin límite y sin control. Eso sí, las cuentas estarán formalmente equilibradas merced a una subvención pública tan grande como quiera la propia RTVE -se determinará por la diferencia entre el conjunto de gastos y el resto de ingresos-.

La gestión de la agencia pública está consiguiendo aunar eficacia y eficiencia, justo lo contrario que RTVE

Afortunadamente tenemos el caso de la agencia Efe que evidencia empíricamente que en el sector de la comunicación las empresas públicas pueden gestionarse de otra manera.

Hace ahora seis años la vieja Efe afrontaba con dificultades las coordenadas de su nuevo entorno: globalización de la economía, aumento de la competencia, prohibición comunitaria de las ayudas de Estado, velocidad del cambio tecnológico… hasta el punto de que su balance se encaminaba hacia la disolución legal obligatoria. El Gobierno Aznar-Rato decidió traspasar las acciones de Efe a la SEPI, para que ésta, en su condición de accionista activo, liderara la reconversión empresarial de la agencia. Se actuó quirúrgicamente con operaciones de saneamiento patrimonial y se empezó a incidir sobre la gestión corriente para encaminarla hacia la rentabilidad. Entre otras cosas, se eliminaron actividades improductivas, se controló el crecimiento de los gastos, se modificó el modelo retributivo, se digitalizó el archivo gráfico histórico o se creó el servicio gráfico internacional.

Por la lógica consuetudinaria, el cambio político operado en España en 2004 acarreó un cambio en la presidencia de la agencia Efe. Pero, a diferencia de lo ocurrido en RTVE, en Efe se entendió que su propiedad estatal obliga tanto a la prestación de un servicio público como a una gestión económica responsable, especialmente por tratarse de recursos públicos.

De modo que se prosiguió con el objetivo de hacer a Efe cada vez más empresa, profundizando en las líneas ya iniciadas y abordando otras nuevas. Casi dos años después, el resultado no puede ser más positivo. En el ejercicio 2005 las pérdidas se han reducido a menos de dos millones de euros y se afronta 2006 como el año de vuelta a los beneficios. Para conseguirlo, en la agencia Efe se ha trabajado eficazmente sobre las dos caras de su cuenta de resultados.

De una parte, se ha intensificado el ajuste de los gastos, se han reducido los de personal mediante la aplicación de un ERE acordado con los sindicatos, se han renegociado a la baja los contratos de suministro…

De otra parte, en paralelo se está realizando una magnífica gestión del producto de la agencia, lo que redunda en aumento de los ingresos. Así, se han puesto en marcha nuevas iniciativas comerciales, como la línea de ventas minoristas -para captar a clientes individuales-, se han segmentado los productos en áreas de noticias -para personalizar la oferta-, se ofrece la venta de reportajes con carácter exclusivo -para ampliar las opciones de negocio-. También se están dinamizando las iniciativas provenientes de años anteriores, aprovechando la potencialidad comercial del archivo gráfico digitalizado o del servicio gráfico internacional. A modo de ejemplo, este último, que se creó en 2002, ha aumentado un 35% sus ingresos en 2005.

Entre otras actuaciones resaltables de la agencia Efe, merece destacarse la constitución, junto a otros patronos, de la Fundación del Español Urgente -Fundéu-, que prosiguiendo la labor del departamento preexistente en la agencia cuida el uso del idioma español en todos los productos de Efe.

Las cuestiones expuestas revelan que la gestión de la agencia Efe está consiguiendo aunar eficacia y eficiencia y lo está haciendo, además, con un notable grado de paz social, con profesionalidad en la dirección y con la pulcritud exigible en su política informativa a una empresa pública. Justo lo contrario que RTVE. Por todo ello, la agencia Efe constituye un buen ejemplo de gestión responsable de una empresa pública.

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