Ebro Puleva cierra la primera planta tras el cambio normativo europeo del azúcar
El grupo Ebro Puleva va a cerrar su planta azucarera de Ciudad Real después de que los productores de remolacha de la zona decidiesen abandonar el cultivo para la próxima campaña. La nueva reforma de la Organización Común del Mercado (OCM) del azúcar prevé ayudas para los cultivadores que abandonen la producción. La fábrica contaba con una plantilla de 49 trabajadores.
Ebro Puleva ha acordado el primer cierre de una planta azucarera tras la reforma de la OCM del azúcar realizada por la Unión Europea en noviembre. La compañía reconocía entonces que la nueva Organización Común de Mercado obligaría al grupo a cerrar alguna de sus plantas. La primera será la de Ciudad Real (Castilla-La Mancha) después de que las principales organizaciones agrarias de la zona hayan decidido no seguir cultivando y 'sin remolacha no se puede fabricar', reconoce un portavoz de la compañía presidida por Antonio Hernández Callejas.
'La decisión de los cultivadores de remolacha supondrá inevitablemente la necesidad de cerrar la fábrica de nuestra filial Azucarera Ebro en Ciudad Real', asegura la compañía en un comunicado remitido a la CNMV. La reforma de la OCM del azúcar contempla ayudas para los productores que opten por abandonar el cultivo. Se trata de la planta más pequeña del grupo, con una producción de 22.000 toneladas frente a las más de 700.000 que produce Azucarera Ebro. La planta cuenta con una plantilla de 49 trabajadores y la mayoría de ellos serán prejubilados.
En cuanto a la fecha de cierre de la planta, la empresa asegura que será 'inminente'. 'A partir de ahora se tiene que negociar con los trabajadores', asegura un portavoz de la compañía, pero ya no habrá 'campaña 2006-2007'. El pasado 10 diciembre concluyó la última campaña.
La fábrica es la más pequeña del grupo, con 49 empleados, la mayoría de los cuales serán prejubilados
La empresa asegura que 'no resulta posible determinar el impacto económico que el cierre tendrá en los resultados consolidados del grupo'. Según la nota remitida a la CNMV, dependerá de 'los términos en que se produzca la reordenación global del sector azucarero tras la aprobación de la nueva OCM del azúcar por la UE y de su concreta aplicación en el caso de España'.
Ebro Puleva asegura que el impacto del cierre 'no será significativo' debido al 'pequeño tamaño de la planta', cuyos activos alcanzan los 4,5 millones de euros, de los que 2,126 corresponden a construcciones, 0,699 a terrenos y los restantes 1,679 a diversas partidas
Según confirma el grupo, el futuro de la división azucarera 'dependerá de lo que decidan los productores de remolacha y del nuevo reglamento de la OCM, pendiente de aprobación'. Pero asegura que Ebro Puleva 'quiere mantener la producción azucarera', una división que representa entre el 38% y el 39% del resultado bruto de explotación (Ebitda) provisional del ejercicio 2005. El grupo sigue contando con siete plantas azucareras (cuatro en Castilla y León y tres en Andalucía).
El presidente de Ebro Puleva, aseguraba en noviembre que, antes de contemplar el cierre de las fábricas, el grupo deseaba apostar por la producción de biocarburantes. El próximo mes de marzo comenzará a funcionar la planta de bioetanol que la compañía ha construido, junto con Abengoa, en Babilafuente (Salamanca), que estará plenamente operativa en junio, y ha supuesto una inversión de 160 millones de euros.
'Drástica' caída de precios
El presidente de la Asociación Regional de Remolacheros de Castilla-La Mancha, asegura que la Comunidad Autónoma se enfrenta a una caída de precios 'muy drástica', según informa Efe.Tras la reforma de la OMC del azúcar, Triguero asegura que junto al descenso de precios, los remolacheros se enfrentan al alto coste de transporte por la distancia entre la zona productora y las fábricas y a una 'desinformación' por parte de las administraciones 'total y absoluta'.Además, afirma que la próxima semana se llevará a cabo una reunión de la Asociación Regional para comprobar cuántos agricultores están dispuestos a seguir cultivando.Triguero manifiesta su confianza en que la opinión pública entienda el 'sufrimiento' que supone abandonar una profesión de tradición familiar y critica que la 'irresponsabilidad' de los representantes políticos les 'haga tomar la decisión de abandonar sin saber a dónde vamos ahora'.