Calatrava conecta Nueva York
Diseña un funicular para llegar a Governors Island
En diciembre de 2005, la Ciudad de Nueva York pidió ayuda a Santiago Calatrava para un importante proyecto: el diseño de un funicular para conectar Manhattan y Brookling con Governors Island. Se daba así un gran paso para superar desbloquear el desarrollo de esta isla de casi 83 hectáreas en el Puerto de Nueva York.
La Governors Island Preservation and Education Corporation (GIPEC), fundada en 2003 por el Estado y la Ciudad de Nueva York, propietarios de la isla, lleva casi dos años estudiando propuestas de transporte. Descartado el ferry, por costoso, y la construcción de un puente, por inviable, se optó por un funicular parecido al que conecta Manhattan con Roosevelt Island.
El Grupo STV, que colabora con Santiago Calatrava en el diseño de la nueva terminal de transportes del World Trade Center, se encargó de elaborar los estudios correspondientes. Tras revisarlos, la Ciudad de Nueva York pidió a Santiago Calatrava que se uniera al proyecto.
La clave del elemento del diseño del arquitecto es un sistema continuo entre Brooklyn y Manhattan, con un solo punto de transbordo en el cabo norte de Governors Island. Este sistema tendrá tres estaciones: una en Manhattan, en Battery Park; una en Brooklyn, donde termina Atlantic Avenue; y una en Governors Island. Cada segmento tendrá casi un kilómetro de longitud.
El funicular diseñado por Calatrava será mucho más ligero que uno convencional, como el de Roosevelt Island, y se podrá construir con sólo tres soportes, ninguno en el agua, evitando así el riesgo de colisión con barcos.
El diseño prevé cabinas como las de las pistas de esquí, cuyo punto de anclaje estará en el techo, y que se elevarán hasta una altura de 60 metros para no interferir con los canales de navegación. Tendrán forma redondeada, similar a la de una manzana, con espacio para ocho pasajeros y una silla de ruedas, fabricadas con un material transparente para ofrecer espectaculares vistas.
En cada estación los cables estarán anclados a un mástil de 160 metros, que se inclinará sobre el agua de forma similar a una grúa. Cada estación estará construida en tres niveles: la base, destinada a llegadas y salidas; el nivel intermedio acogerá diversas instalaciones, como un restaurante, y en el superior habrá una terraza.