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Construcción naval

Navantia opta a un contrato de 1.200 millones

El grupo público de construcción naval Navantia se ha convertido en el candidato principal del Gobierno de Australia para participar en el programa de buques anfibios puesto en marcha por la Armada de aquel país y que asciende a 2.000 millones de dólares australianos (1.237 millones de euros al cambio actual).

Navantia compite en el programa australiano de buques anfibios, contrato que supera los 1.200 millones de euros, con el diseño de su Buque de Proyección Estratégico (BPE) frente a los franceses de Armaris (joint venture de DCN y Thales), que presentan el Mistral de la Armada gala. Las posibilidades de que la firma española gane el pulso en esta liza son del 90%, según confirmaron las autoridades australianas a los responsables de Navantia hace 10 días, tras la feria de defensa Pacific 2006 que se celebró en Sydney.

El Ejecutivo de Camberra ha lanzado un concurso internacional para el diseño de dos buques de asalto anfibio, que se usarán para operaciones de combate, asistencia policial y militar, de ayuda humanitaria y de mantenimiento de la paz. Los barcos deberán poder transportar una tripulación de 1.000 personas y 150 vehículos, incluidos los nuevos tanques M1A1 Abrams, contar con puntos de aterrizaje y despegue para al menos seis helicópteros y disponer de instalaciones hospitalarias.

Navantia ha presentado al concurso el diseño del BPE, el buque estrella que en la actualidad está construyendo para la Armada española en los astilleros de la Ría de Ferrol. El buque español está 'excelentemente posicionado' frente al Mistral de los franceses ya que se aproxima más a los requerimientos de Australia. Sirva de ejemplo la capacidad de carga del BPE, que es 7.000 toneladas mayor que la de su competidor. La principal ventaja de Armaris es que su barco ya está en fase de pruebas por la Armada francesa, mientras que el primer modelo de Navantia no se entregará hasta finales de 2008.

La compañía compite con el Buque de Proyección Estratégica frente a la oferta de la francesa DCN

En todo caso, el grupo español está trabajando para adaptar su modelo a todos los condicionamientos impuestos por las autoridades australianas, que financian esta fase con 18,4 millones de euros. El concurso no se decidirá hasta marzo de 2007. La idea del Gobierno australiano es que el barco se construya en astilleros del país. Sin embargo, ya ha advertido de que la industria nacional tendrá que ofrecer precios competitivos. Por este motivo Navantia no descarta que, al final, pueda también llevar a cabo la construcción parcial o total de los buques.

Fragatas y cazaminas

Este contrato no es el único al que aspiran los astilleros españoles en las antípodas. Porque Navantia también es finalista en el otro gran programa de la Marina de Australia, destinado a la construcción de tres fragatas y con un presupuesto de 6.000 millones de dólares australianos (3.711,6 millones de euros).

En este caso, el competidor del grupo español, que defiende una versión modificada de la F-100 de la Armada, es la firma estadounidense Gibbs & Cox. En un primer momento, la oferta de los estadounidenses fue seleccionada como principal por el Gobierno australiano, que quería un buque más grande que el ofrecido por el constructor español. Sin embargo, el menor precio del modelo de Navantia ha hecho que, en la actualidad, ambas empresas tengan un 50% de posibilidades de hacerse con el contrato. La decisión final no se tomará antes del próximo mes de septiembre.

Además de los programas australianos, Navantia aspira a hacerse con otro contrato internacional para la construcción de tres buques cazaminas para la Armada de Finlandia. En estos momentos, la empresa ya está en lo que se denomina la lista corta del proceso (candidatos finales), junto a los astilleros italianos de Intermarine y a los suecos de Kockums. En esta caso, las posibilidades se distribuyen a partes iguales entre los tres contendientes. La empresa ha presentado una revisión de la oferta y espera que el Gobierno finlandés elija a principios de marzo a uno de los tres astilleros para empezar las negociaciones, con el fin de que el contrato se pueda firmar en junio. De adjudicarse el pedido, la construcción de los cazaminas se llevaría a cabo, previsiblemente, en las instalaciones de Cartagena (Murcia).

El grupo espera lograr beneficios en 2007

Navantia podría entrar en beneficios en 2007 si se cumplen las expectativas de contratación del grupo, lo que supondría un adelanto respecto a los objetivos contemplados en el plan industrial con el que nació la compañía.Desde la empresa, apuntaron que los resultados de 2005 se cerraron en línea con lo previsto. Según los últimos datos oficiales, Navantia sufrió unas pérdidas acumuladas netas de marzo a septiembre de 76,71 millones de euros, en sus primeros seis meses de actividad. La facturación prevista para finales de 2005 era de 974 millones, un 30% inferior a los objetivos iniciales.Esta rebaja se produjo por el aplazamiento en la orden de ejecución de algunos contratos previstos, como el encargo por parte de la Armada de una primera tanda de cuatro Buques de Acción Marítima (BAM), que seguramente se concretará en abril o mayo.En la actualidad, todos los centros de Navantia cuentan con carga de trabajo significativa. Así, el complejo gallego de Ferrol-Fene tiene encargos por ocho naves que garantizan el trabajo hasta finales de 2009. El astillero de Cartagena, con 13 submarinos en cartera, tiene ocupación hasta 2018. Y el complejo de San Fernando-Puerto Real, con más de 20 pedidos, hasta 2010.

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