Los municipios elevan la presión fiscal apoyados en la vivienda
Los municipios elevaron fuertemente en 2005 el gravamen de los tributos ligados a la vivienda aprovechando el prolongado boom inmobiliario. Con las subidas, el impuesto sobre construcciones está exprimido ya al 87,7% de lo permitido; el de bienes inmuebles (IBI), al 69,5%, y la llamada plusvalía municipal, al 86,9% del máximo legal.
Los ayuntamientos saben que mientras dure el encarecimiento de los inmuebles y el suelo tienen en su poder una auténtica gallina de los huevos de oro para llenar las arcas municipales con los tributos ligados a la vivienda. Unos tributos por los que los 8.000 ayuntamientos repartidos por todo el territorio recaudan más de 6.000 millones de euros anuales.
En 2005 se ha producido una nueva vuelta de tuerca a esta situación de subida de impuestos que lleva gestándose en los últimos años. El año pasado, el esfuerzo fiscal relativo (entendido como el real que soporta cada contribuyente sobre el máximo permitido por la Ley de Haciendas Locales) ha superado ya claramente el 80% de media en algunos de estos tributos locales, según el informe elaborado por el Ayuntamiento de Madrid y en el que se recogen datos de toda España.
El que se lleva la palma es el impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras (ICIO), con un esfuerzo fiscal medio de los contribuyentes del 87,7% sobre el máximo permitido (la ley fija una horquilla de tipos de gravamen que no se pueden sobrepasar). En 18 capitales de provincia, el esfuerzo es ya del 100%, soportando el tipo máximo del 5% (hay un intervalo de tres puntos).
En Granada, el IBI ha subido el 30% en solo un año, y en Zaragoza, el 24%
La subida del tipo de gravamen unido a la intensa actividad constructora permite recaudar sólo por este tributo más de 1.000 millones de euros al año.
El impuesto sobre el incremento del valor de los terrenos (la denominada plusvalía municipal) lleva una evolución similar. El esfuerzo fiscal de los contribuyentes alcanzó en 2005 el 86,98%, casi dos puntos más que sólo un año antes, impulsado por buena parte de los municipios que han colocado el tipo de gravamen al 30%, el máximo permitido por la ley.
En el caso del impuesto sobre bienes inmuebles o IBI (la conocida como contribución urbana), la subida media ha sido de cuatro puntos porcentuales, el mayor de todos. No obstante, el esfuerzo fiscal se encuentra todavía en el 69,5%, por lo que hay margen para subidas en un futuro próximo. Por este impuesto, los municipios ingresan más de 4.000 millones al año (un tercio de su recaudación tributaria), ayudados por la carestía de la vivienda que incide en la base imponible. Muchos de ellos han fijado bonificaciones para que el gravamen no sea confiscatorio.
Barcelona, la ciudad donde se soporta la mayor carga
El consistorio presidido por Joan Clos cuenta con el poco honroso título de ser el municipio con los impuestos locales más elevados en su conjunto. Aunque en el gravamen del IBI (impuesto estrella) le superan otras grandes ciudades como Málaga o Sevilla, Barcelona aplica a sus contribuyentes la máxima carga fiscal permitida en otros tantos como el impuesto de circulación y la plusvalía municipal. La del tributo que grava las obras se encuentra en el 81%. El esfuerzo fiscal en el IAE (eliminado para las pymes) está fijado en el 60%, diez puntos más que en Madrid.
Las capitales de provincia se suman al carro de las subidas
El alza de la presión fiscal no es exclusiva de las grandes ciudades como Madrid, Barcelona o A Coruña. En los últimos años se han sumado muchas capitales de provincia de mediana dimensión, con un fuerte dinamismo económico y vocación de expansión territorial. Granada ha elevado el tipo impositivo del IBI un 29,8% en 2005 (ha pasado del 0,47% al 0,61%). Zaragoza lo ha elevado un 23,7%. Por su parte, Pamplona ha subido un 48,5% el tipo que aplica a las plusvalías urbanas. León lo ha hecho un 25%. Ciudad Real tiene el tipo del IBI en el máximo permitido.
A la espera de la nueva reforma de la financiación local
La creciente asunción de competencias por los ayuntamientos (muchas de ellas son gastos sociales) está descompensando las cuentas de los entes locales. La Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) reclama al Gobierno 6.800 millones de euros por servicios impropios que los ayuntamientos prestan sin que les corresponda por ley. El Ejecutivo tiene pendiente una nueva reforma de la financiación local que mejore el porcentaje de recursos que reciben del Estado central y las comunidades y les dé más capacidad para elevar sus tributos propios.
Madrid aprieta el acelerador
Las elevadas necesidades financieras del Ayuntamiento de Madrid para hacer frente a las obras de remodelación de la M-30 (carretera de circunvalación) han llevado al equipo del alcalde Alberto Ruiz-Gallardón a subir los impuestos municipales en los últimos ejercicios.La situación de partida de hace tres años, en la que Madrid contaba con una presión fiscal relativamente baja, ha cambiado enormemente. En la actualidad, la capital de España ocupa el primer lugar (en esfuerzo fiscal relativo) en el impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras, el segundo lugar en el tributo que grava el incremento de valor de los terrenos y el cuarto en el impuesto de circulación.En el caso del IBI, su posición se retrasa hasta el séptimo puesto, si bien el elevado número de contribuyentes de la capital (es el primer municipio por habitantes) le permite recaudar mucho sin tener que aplicar un tipo máximo de gravamen en este tributo.Competencia fiscalOtros municipios, en cambio, utilizan una estrategia opuesta a la de Madrid para recaudar más. Este fenómeno se está dando, por ejemplo, en el impuesto de circulación. Pequeñas localidades se están especializando en bajar el gravamen para atraer a las empresas de alquiler de vehículos. La diferencia en el pago del tributo puede llegar al 300%.Cinco municipios de menos de 10.000 habitantes matricularon el año pasado el 23% de los coches de empresa. Entre ellos se encuentran Rajadell (451 habitantes) en Barcelona, Morazarzal (9.973) en Madrid, y Relleu (1.022) en Alicante.