El Gobierno da un golpe fiscal a las marcas de tabaco barato
El Gobierno ha decidido frenar la guerra de precios con una nueva subida de impuestos especiales, que eleva al 57% el impuesto ad valorem y el específico a 8,20 euros por cada mil cigarrillos. Además, establece un nivel mínimo de imposición de 1,10 euros para todas las cajetillas, con el objetivo de acabar con la rentabilidad de las marcas de bajo precio.El Gobierno vuelve a subir la fiscalidad para frenar la guerra de precios
Contraataque del Gobierno. La última subida de impuestos especiales desató una guerra de precios entre tabaqueras a la que el Ejecutivo ha respondido con un incremento adicional de la fiscalidad sobre el tabaco, la tercera desde septiembre. Un alza de impuestos que establece un nivel impositivo mínimo para todas las cajetillas: 1,10 euros. Esta medida pretende disuadir a las compañías de su apuesta por el tabaco barato. Con esta tasa, apuntan desde el sector, dejan de ser rentables para las tabacaleras aquellas marcas que se comercializan a menos de 1,65 euros.
La decisión del Consejo de Ministros era algo esperado, no sólo por los últimos recortes de precios, sino porque el Congreso de los Diputados derogó el jueves, por un error en las filas socialistas, la subida impositiva decretada el 20 de enero. Ese día, el impuesto ad valorem (sobre precio de venta al público) se elevaba del 54,95% al 55,95% y el específico pasaba de 4,20 a 6,20 por cada 1.000 cigarrillos. Pero esas tasas quedaron sin validez el jueves tras el fallo socialista. Al Gobierno le quedaban dos opciones: o replicaba la misma subida impositiva o realizaba un incremento aún mayor. Al final, el Ejecutivo se decantó por lo segundo. El tipo ad valorem se eleva al 57% y el específico, hasta 8,20 euros por cada 1.000 cigarrillos, es decir, 0,164 euros por cajetilla.
Pero la medida más relevante es la que establece un tributo de al menos 1,10 euros para todas las cajetillas, a través de un nivel mínimo de imposición de 55 euros por cada 1.000 cigarrillos, que se aplicará cuando la suma del impuesto específico y el ad valorem sea inferior a esa cifra. Una medida con la que el Gobierno 'persigue que las marcas baratas suban el precio de sus cajetillas, un objetivo que no se ha conseguido con los anteriores incrementos de fiscalidad', aseguró el Ejecutivo en un comunicado.
Ni Altadis, ni British American Tobacco (BAT), ni Japan Tobacco International (JTI) han querido valorar la decisión del Consejo de Ministros. Quien sí opina es Philip Morris. 'Históricamente, hemos apoyado los esfuerzos del Gobierno y del ámbito de la salud pública para alcanzar el doble objetivo de mantener la recaudación fiscal y de reducir el consumo del tabaco. Seguimos apoyando las medidas regulatorias y fiscales que, a nuestro juicio, mejor contribuyan a alcanzar estos objetivos', afirman desde la filial española. La tabaquera que inició la guerra de precios al bajar Marlboro de 2,75 a 2,35 euros asegura que seguirá 'atentamente la evolución de mercado' pero no comenta cuáles serán las 'estrategias de negocio'.
A partir de ahora, las compañías deberán decidir si repercuten en sus precios el nuevo aumento de impuestos. Si lo hacen, las principales marcas se encarecerían unos 30 céntimos, según fuentes del sector. Fortuna pasaría de 1,85 a 2,15 euros; Marlboro, de 2,35 a 2,70; Ducados Rubio, de 1,75 a 2,00 euros; y Ducados negro, de 2,00 a 2,30 euros.
La decisión del Ejecutivo provocó que la acción de Altadis cerrara el viernes con un alza del 1,35%, a 37,50 euros, aunque después del Consejo de Ministros llegaron a cotizar a 38,55. Esta subida contrasta con el desplome que sufrieron las acciones de la tabaquera el 20 de enero cuando cayeron un 4,26%.
El real decreto aprobado el viernes incluye medidas transitorias de apoyo a los estanqueros, ya que el Gobierno asegura ser 'sensible con los efectos de las recientes rebajas' para los expendedores y establece un margen transitorio complementario del 0,25% que se suma a la comisión del 8,5% sobre el PVP que perciben los estanqueros y que estará vigente hasta el 30 de junio. Además, desde la entrada en vigor del real decreto y hasta esa fecha, el Ministerio de Economía podrá modular el importe (que podría llegar al 1%) y su duración, en función de la evolución del mercado.
Los quiosqueros podrán vender en máquinas
El Gobierno ha decidido incluir a los quioscos de prensa entre los establecimientos en los que está permitido vender tabaco. Desde la entrada en vigor de la Ley de medidas sanitarias frente al tabaquismo, la venta de cajetillas con recargo en los quioscos estaba prohibida, de hecho la legislación sólo permitía vender tabaco en estancos y, a través de máquinas expendedoras, en el interior de locales centros o establecimientos 'en los que no esté prohibido fumar'.Pero los quiosqueros que decidan vender tabaco van a tener que adaptar sus establecimientos, ya que no podrán vender cajetillas de forma manual, sino que la comercialización tendrá que hacerse a través de una máquina expendedora. Además, según la ley, las máquinas de nueva fabricación deberán contar con los mecanismos técnicos que impidan la venta a menores de edad. El resto de máquinas deberán adaptarse antes del 1 de enero de 2007.Desde hace semanas, los quiosqueros venían reclamando al Gobierno que les permitiese seguir vendiendo tabaco, una actividad que, según el sector, representaba el 20% de su facturación y cuya supresión podía provocar la eliminación de hasta 25.000 empleos en 2006. El viernes, aplaudieron que el Ejecutivo haya escuchado sus demandas.