'Cambiar el horario laboral en España es algo alcanzable'
En España nos levantamos a una hora parecida a la de los demás países europeos, pero nos acostamos, por término medio, una hora más tarde que ellos; nuestras jornadas laborales son más largas, pero menos productivas; solemos dedicar a nuestros almuerzos el doble de tiempo que ellos, y para algunos es lo mismo estar en el lugar de trabajo que trabajar'. Con semejante análisis empieza Tiempo al tiempo el nuevo libro de Ignacio Buqueras, presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles y su Normalización con los de los demás países de la Unión Europea.
Durante la presentación del libro (editado por Planeta), Buqueras se mostró muy optimista sobre un próximo cambio social y cultural que permita modificar el hábito y la jornada laboral en España. 'Es un momento esperanzador y positivo. Se está planteando muy seriamente este problema en muchos ámbitos y se va a abordar porque existe una gran presión por parte de los ciudadanos. Con el libro he procurado llegar a la gente y explicarles que este cambio es asumible y realizable'. Y como no se deben hacer planes sin fecha, apunta 2009 o 2010 como meta para que se haya producido esa profunda transformación social.
Para demostrar que algo se está moviendo resalta varios ejemplos. El primero, que lo cita en varias ocasiones, es que hace un año hubiese sido impensable que la comisión para la racionalización de horarios que él preside se hubiese reunido en el Congreso de los Diputados. Será el próximo 27 de febrero 'y ha partido del propio presidente del Congreso'.
Otro aspecto que denota movimiento en este sentido es la preocupación que varios miembros del Gobierno, incluidos el presidente y la vicepresidenta, han mostrado sobre las largas jornadas laborales que se están cumpliendo en España.
Y un tercer ejemplo es la subcomisión que se ha creado en el Congreso de los Diputados para analizar los efectos perversos que los horarios laborales están causando en la sociedad española. Buqueras desvela a continuación que el Senado también va a crear en breve su propia subcomisión de trabajo.
Sin embargo, esa preocupación no parece que se vaya a traslucir, al menos a medio plazo, en medidas legislativas. 'No se trata de conseguir cambiar la voluntad de un presidente de Gobierno, sino de toda la sociedad', matiza Buqueras. Y va más allá. 'No es el momento del BOE o del decreto ley. Lo que hemos pedido al Gobierno, sobre todo, son gestos, que es más importante que las leyes, que puede que ni siquiera se cumplan', matiza. Esto no quiere decir que Buqueras descarte reformas legislativas en un futuro. 'El Ministerio de Trabajo podría acabar sacando alguna norma', dice.
Pero hablar de horarios laborales puede no ser bien recibido en todos los ámbitos. Concretamente, el autor de Tiempo al tiempo apunta que una mayoría del empresariado español está preocupado 'porque cree que racionalizar el horario implica acortar la jornada. Y no se trata de eso'. E incide en que no es lo mismo estar en el trabajo que estar trabajando. Se trata pues de organizar los esfuerzos y ganar en productividad, no de trabajar menos.
Jaime Montalvo, presidente del Consejo Económico y Social, que participó en la presentación del libro, incidió en este mensaje. 'No está el país para trabajar menos', puntualizó. Sin embargo, se mostró partidario de que los agentes sociales (presentes en el organismo que preside) aborden mediante la negociación colectiva posibles reformas.
De hecho, según datos del IESE, el 27% de las empresas españolas ya se está planteando fórmulas para conciliar la vida laboral y personal.
Incumplimiento del plan Concilia
Ignacio Buqueras puso ayer de manifiesto que la mayoría de los ministerios están incumpliendo el Plan Concilia que el Gobierno ha aprobado para que los funcionarios puedan conciliar su vida laboral y personal. 'Sólo en dos ministerios se cumple, y de forma parcial, según comprobaciones que hemos realizado. El resto sigue como hasta ahora, por lo que la ley se queda en cierto papel mojado', declaró.Aunque no fue más explícito, apuntó que los altos cargos, desde ministros hasta directores generales, continúan haciendo jornadas interminables. 'Eso repercute en un buen número de personas que tienen que alargar sus horarios, como conductores, secretarias, ayudantes, conserjes, etc. Y además, las luces y los ordenadores están encendidas con el aumento de gasto'.Buqueras adelanta que si en abril no cambia esta situación, empezarán a realizar de forma 'muy educada' advertencias a aquellos ministerios que incumplan.'Esta ley está muy bien sobre el papel y puede tirar del sector privado, pero primero tiene que funcionar y para ello todos los ministros deben asumirla'.