Críticas políticas a la entrada de Cintra en EE UU
La reciente selección del consorcio formado por la española Cintra (filial de Ferrovial) y la australiana Macquarie como adjudicatario elegido para privatizar la gestión de la autopista de peaje de Indiana no ha dejado contentos a todos en esta zona del norte de Estados Unidos. Hubo ya fuerte debate político cuando estas dos empresas lograron la primera concesión a un privado en este país con la autopista de Chicago a finales de 2004. Pero al final quedó convertido en polémica pasajera que deja de fondo la misma conclusión: en EE UU, aunque sea llamativo, no hay tradición de privatizar infraestructuras y la tribuna política lo aprovecha para sus intereses.
Aunque Chicago tiene un alcalde demócrata, Richard Dayley, que se apresuró a alabar la iniciativa de Indiana el mismo día que este Estado eligió a los ganadores, el mismo partido ha sacado toda su artillería para mostrar su rechazo a la concesión. Aunque minoritario en las Cámaras que tienen que aprobar la ley por la que se adjudica la autopista, los demócratas se han opuesto a lo que califican como mal negocio para el Estado por el precio y los detalles del contrato.
A pesar de que su grupo ha hablado de no estar a favor de que la autopista quede en manos extranjeras, el líder demócrata de la Cámara de Representantes, Patrick Bauer, quiso dejar claro a Cinco Días que no se oponen por tener algún problema con extranjeros. 'Es que no nos gusta el acuerdo, es un bad deal'.
La falta de tradición en EE UU de gestión privada de autopistas es el fondo del debate
En España, la fórmula tiene años de vida y ha colocado a los grupos nacionales a la cabeza del negocio a nivel mundial
Cintra y Macquarie pagarán a Indiana 3.850 millones de dólares (3.196 millones de euros) por mantener, mejorar y gestionar los 253 kilómetros de la autopista conocida como la Calle Principal del Midwest (une la costa Este con Chicago y luego sigue hacia el oeste) durante los próximos 75 años. Es la mayor cantidad que se ha pagado a una administración en EE UU por un activo. El Estado va a dedicar este dinero a infraestructuras hasta 2015, cuyos planes estarían unos 2.800 millones infradotados sin este dinero, según el Gobernador republicano Mitch Daniels.
A cambio, la concesionaria española y el grupo australiano reciben la caja del peaje. En el contrato, aseguraron la primera subida de tarifas en 20 años: por milla subirán un 70% para vehículos ligeros desde abril a junio de 2010 y luego estarán sujetos a revisiones con un máximo anual del 2%. Según los cálculos de los demócratas, estas subidas permitirán a las empresas recuperar en 17 años la inversión y tendrán el resto de una concesión que a ellos les parece larga, para obtener 21.000 millones de dólares en los siguientes 58 años.
La cifra de recuperación de inversión, según los analistas consultados, no sería descabellada ya que en menos de dos años Cintra ha recuperado un 44% de la inversión de Chicago gracias a un buen acuerdo para refinanciar el pago (1.830 millones de dólares en ese caso).
En estas disputas políticas, el grupo español prefiere quedarse al margen y no hace comentarios.
Ya ha pasado experiencias similares en Chicago y en Canadá, donde gestiona la principal autopista de Toronto. En EE UU, empieza ahora la tendencia de ceder la gestión de infraestructuras a privados, como muestran los dos proyectos en marcha en Texas, además de los venideros en Florida, Delaware y otros Estados. En España, la fórmula tiene años de experiencia, lo que ha servido para colocar a los grupos de construcción y servicios españoles (ACS, Ferrovial, FCC, Acciona, Sacyr Vallehermoso y OHL) en los primeros puestos en la clasificación mundial de concesionarios de infraestructuras.
Al contrato de Indiana le falta el trámite en el Senado, donde hay una amplia mayoría republicana (50 frente a 17). Aunque los demócratas no cejarán en su intento de conseguir algún tanto. Aparentemente, ya lograron uno cuando la semana pasada el acuerdo se aprobó por 52 votos a favor y 47 en contra en la Cámara de Representantes. Se incorporó la congelación de los peajes durante 10 años a los residentes locales. Esto podría afectar a un tercio del tráfico de la Main Street lo que podría costar entre 150 y 170 millones al consorcio adjudicatario, según los cálculos de Bauer.
Pero para Cintra y Macquarie no supone perjuicio alguno, ya que el Estado asumirá ese coste que cubrirá con los intereses que le genere el depósito de los 3.850 millones que pagan las adjudicatarias. Por tanto, sería una victoria política a medias.
La realidad es que, en este tipo de concesiones, las empresas y la administración negocian un contrato que no admite modificaciones ulteriores. Y si las hay (como la congelación parcial de peajes), no pueden conllevar merma de lo pactado.
Otro punto de critica es la especie de cláusula de no competitividad que hay en el contrato, como el hecho de que en 55 años no se puedan hacer obras de mantenimiento en la carretera US20, una vía alternativa a la que privatiza, para animar al uso de ésta, según interpretan los demócratas. 'Además, el Gobernador ha prohibido que los camioneros que vienen de Ohio utilicen la US20', apunta Bauer.
Los expertos consultados señalan que este tipo de cláusulas figuran de forma usual en los contratos de concesión de autopistas, aunque no siempre son conocidas.
Compra de una empresa de servicios en Reino Unido
Ferrovial amplía su presencia en el mercado anglosajón. Ayer comunicó la primera compra que hará el grupo este año tras un 2005 bastante activo. Adquirirá, a través de su filial británica de servicios Amey, el grupo de la compañía de ingeniería de obra civil Owen Williams. La operación es de mediana dimensión (23,8 millones de libras, 35,2 millones de euros). Pero tiene un 'marcado carácter estratégico' para el desarrollo de la filial Amey, según el comunicado de Ferrovial. La idea es que la nueva compañía aumente la capacidad de Amey para ofrecer contratos integrales de servicios que son los que demanda el mercado británico. Así lo ha detectado el grupo de construcción y servicios español en los concursos públicos para carreteras, ferrocarril o de Gobiernos locales que están surgiendo.Con la incorporación de Owen Williams, la filial de Ferrovial cuenta con ofrecer servicios integrales de apoyo, desde el diseño hasta la gestión y el mantenimiento.La empresa tiene 80 años de experiencia y está especializada en el diseño, la gestión de proyectos y la consultoría en la utilización de infraestructuras viarias y de ferrocarril. En el último año fiscal, ingresó 47 millones de libras (69,7 millones de euros) y obtuvo un beneficio antes de impuestos, intereses y amortizaciones (Ebitda) de 3,3 millones de libras (4,9 millones de euros), según lo comunicado ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).Entre los proyectos ejecutados por Owen Williams, figuran algunos como el emblemático Estadio de Wembley o los edificios del Daily Express en Londres. Ahora participa en la primera autovía privada del Reino Unido, la rehabilitación de la vía férrea West Coast y de escuelas, hospitales y otros edificios públicos en Gran Bretaña. Esto último es un negocio en expansión para Ferrovial en este mercado.