Juan Gil, el atractivo de la monastrell
La DO Jumilla es una de las zonas vinícolas que más cambios cualitativos ha tenido en los últimos años, en buena medida por el impulso renovador de una serie de bodegas que apostaron por el potencial de la monastrell -variedad del sureste español- y las nuevas formas de elaborar. Hoy esta DO, junto con Priorato, está a la cabeza del vino mediterráneo español.
La familia Gil tiene un gran protagonismo en esta pequeña revolución del vino jumillano. Con una tradición que se remonta a cuatro generaciones, pusieron en marcha en 2003 la bodega Juan Gil. Rodeada de cepas viejas de monastrell de bajo rendimiento pero excelente calidad, y viñedos de variedades foráneas (cabernet sauvignon, merlot y syrah), levantaron unas modernas instalaciones con el objetivo de producir vinos con todo el carácter del terruño. Actualmente producen cuatro vinos distintos, todos tintos: entre los que está este Juan Gil 2004, también 100% monastrell, un joven de media crianza con cuatro meses de barrica. Es un vino con todos los atributos de la uva local: subido de color, muestra una nariz marcada por la fruta madura, con notas balsámicas, minerales y matices de crianza en madera. Amable en boca, es fresco, sabroso, muy frutal, equilibrado, de finos taninos. Final marcado por la fruta y los tonos minerales. Un tinto moderno y de excelente relación calidad-precio (5-6 euros).