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Estatuto

ERC se replantea la colaboración con el PSOE en el Parlamento

La dirección de Esquerra Republicana de Cataluña acordó ayer vender caro su respaldo al Estatuto, después de la apropiación que CiU ha hecho del mismo. Los dirigentes republicanos anunciaron que en adelante dejan de garantizar al Gobierno central su colaboración en el Parlamento.

Hasta la segunda semana de febrero, fecha en la que la Comisión Constitucional del Congreso comenzará a debatir la propuesta de Estatuto, ERC no enseñará sus cartas, a menos que antes medie un acuerdo con el Gobierno que compense el protagonismo adquirido por Convergencia i Unió (CiU) en la recta final de la negociación. La dirección de ERC acordó ayer en Barcelona rechazar el texto pactado por el Ejecutivo central y CiU, a la espera de que José Luis Rodríguez Zapatero haga cesiones en capítulos tan espinosos del Estatuto como el de la financiación, la definición de Cataluña y las competencias exclusivas.

El margen del Gobierno en estos tres ámbitos es estrecho. En financiación, porque se niega a que el Estado transfiera más dinero del pactado a las comunidades autónomas una vez entre en vigor el nuevo modelo de financiación. En la definición de Cataluña, porque los negociadores han hilado fino hasta dar con una fórmula que satisfaga a CiU e Iniciativa y, al mismo tiempo, no provoque úlceras en las distintas federaciones del PSOE. Y en las competencias, porque han quedado muy tasadas y hay poco recorrido en las exclusivas de la Generalitat y en las compartidas con el Estado.

No obstante, ERC se ha dado de margen para seguir negociando con el Gobierno hasta el 6 de febrero, cuando se inicie la discusión del Estatuto en el Congreso capítulo a capítulo. De no haberse alcanzado para entonces un acuerdo con ERC, el PSOE dispondrá de mayoría suficiente para sacar adelante el texto gracias al concurso de CiU y de Izquierda Unida. En todo caso, ERC ha dejado también claro que votará a favor de los capítulos que considere oportuno.

El enfado de ERC con el Gobierno es lo suficientemente serio como para que su presidente, Josep Lluís Carod, anunciara ayer que en adelante no garantiza su apoyo parlamentario al PSOE.

La amenaza no preocupa en demasía al Gobierno, donde se conoce el escaso margen de ERC para ejercitar una ruptura brusca a cuenta del Estatuto. El portavoz parlamentario socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el primer secretario del PSC, José Montilla, han hecho ver a ERC el laberinto en el que podría meterse si no se suma al consenso y, al mismo tiempo, permanece en el Gobierno catalán. Su presidente, Pasqual Maragall, hizo ayer votos por mantener su alianza con ERC. Hoy verá a Zapatero.

Las leyes en lista de espera y las elecciones de 2007, claves añadidas

En el cálculo político de ERC a la hora de sumarse o no al Estatuto ocupa un lugar prioritario, como es lógico, la estabilidad del tripartito catalán y la carrera hacia las elecciones autonómicas de 2007. Pero entre medias hay otras citas que se configuran también como claves añadidas en esta decisión. La primera descansa en el propio calendario legislativo, con tres proyectos relevantes: la reforma fiscal, la Ley de Dependencia y la de Igualdad. La segunda es la celebración de las elecciones locales, en las que ERC se juega también su futuro.

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