La botella, ahora medio vacía
En Europa casi nadie había hablado de la necesidad de un alza de tipos de interés; pero en cuanto los altos responsables del BCE empezaron a sugerir que en diciembre elevarían el precio del dinero brotaron cual setas comentarios acerca de esta acertada decisión. Lo mismo pasa en la Bolsa. En cuanto los observadores ven el partido analizan con precisión por qué ha pasado eso y no lo otro... aunque si el resultado final hubiese sido el contrario también habrían encontrado un buen ramillete de argumentos.
Es necesario, para este menester, estar acostumbrado a cambiar de opinión al mismo ritmo que el mercado. Por ejemplo, hoy Google es el icono del capitalismo moderno. Pero los mismos que ven la acción subiendo a 1.000 dólares estarán prestos a vilipendiar el buscador si pintan bastos. De este modo, como quiera que el mercado puede haber entrado en una fase bajista de incierta duración, no faltan los expertos que glosan los deprimentes resultados de las compañías. Pero, en realidad, los analistas aún no han recortado las previsiones sobre el conjunto del S&P. De hecho, la caída responde en buena medida a que el mercado tenía puesto el listón muy alto. Y es la lógica continuación del flojo 2005 que vivieron los mercados estadounidenses, no así los europeos.
Es mejor ejemplo, hoy por hoy, Japón. Hace dos semanas el tema de moda en el mundillo financiero era la recuperación nipona. Hoy parece un mercado apestado, pues tras las graves caídas de la semana pasada, ayer se dejó otro 2%. La crisis de la empresa de internet Livedoor ha puesto nombre a la caída del Nikkei. Los escándalos contables y las detenciones de ejecutivos han dado un aire mediático a esta corrección.
Sin embargo, Japón es más o menos el mismo país que hace una semana, y la economía tiene fundamentos igual de sólidos e igual de frágiles. Que la botella esté un día medio llena y al otro medio vacía entra dentro de lo normal. En la Bolsa a veces pasa de estar completamente lleva a completamente vacía.