La banca de la City pone freno a las noches locas de sus empleados
Operadores y ejecutivos se dan cita entre semana en los clubes de striptease del centro financiero
La gran banca de inversión de la City de Londres está adoptando una postura de tolerancia cero frente a los empleados que frecuentan los clubes de lap dancing que proliferan en la City de Londres. Cualquier noche de entresemana estos lugares de penumbra están repletos de empleados de la City, observando con avidez a unas señoritas llamativas bailando casi desnudas encima de la mesa.
La oferta cubre toda la gama social de la City, desde los elegantes locales del barrio de Mayfair, cuyos clientes suelen ser operadores de fondos de cobertura y ejecutivos de fusiones y adquisiciones, hasta los lugares más rocambolescos alrededor de la estación de Liverpool Street, que son los lugares preferidos de los jóvenes intermediarios de la banca y sus clientes.
Hay locales para todos los gustos, desde el striptease tradicional de cualquier club nocturno del barrio de Soho (Madame JoJo y Spearmint Rhino son algunos de los de mayor renombre) hasta los espectáculos más exclusivos, como el de las enfermeras traviesas, que se puede presenciar en un club privado ubicado en un sótano frente a la catedral de San Pablo. Se trata de un negocio altamente rentable, donde los clientes dejan un promedio de 50 euros por un par de copas y hasta 100 euros o más por una botella de champán, sin contar las propinas para las artistas.
JPMorgan ha avisado a sus empleados por carta de que las visitas a ciertos locales nocturnos no serán toleradas
'No nos engañemos, este tipo de juerga es el pan nuestro de cada día en la City', dijo Xavier Alcan, director gerente del agente de Bolsa Cantor Fitzgerald. 'Cualquier noche de la semana encuentras el 80% de la City en Spearmint Rhino'.
Peter Stringfellow, propietario de una cadena de cabarés de striptease, explicó que sus establecimientos ofrecen un tipo de espectáculo sofisticado para adultos. 'Lo mío es un negocio internacional en el que los hombres de la City y de Wall Street juegan un papel importante', dijo. 'Cuando un intermediario consigue cerrar una operación de unos 10 millones de euros, lo lógico no es que lo celebre en un McDonald's para después estar en casa a las diez de la noche'.
Pero para los empleados de la City esta forma de diversión nocturna puede tener sus días contados. Hace poco, cuatro operadores de Morgan Stanley en Nueva York fueron despedidos por frecuentar los clubes de lap dancing, mientras que JPMorgan ha enviado cartas a sus empleados con el aviso de que estas visitas no serán toleradas.
El año pasado, el banco de inversión Morgan Stanley tuvo que compensar a una empleada con más de 40 millones de euros. Alison Schlieffen alegó que la 'cultura machista' del banco, que incluía visitas periódicas a los clubes de striptease, la había dejado marginada sin posibilidad de ascender en su carrera.
Hace unos días seis mujeres que trabajan en el banco alemán de inversión Dresdner Kleinwort Wasserstein pusieron un pleito de 1.160 millones de euros contra el banco por discriminación. Una de las demandantes dijo que fue obligada a abandonar un almuerzo de negocios para que sus colegas masculinos y sus clientes pudiesen desplazarse a un club de striptease.
Al mismo tiempo, Tony Blair parece haber unido fuerzas con la City al lanzar una ofensiva contra los señores que deambulan por la calle en sus coches en busca de prostitutas. Los transgresores cuyas matrículas hayan sido captadas por cámaras de circuito cerrado recibirán una carta de aviso de la policía. Los reincidentes podrán ser castigados con una infracción o en algunos casos con la asistencia obligada a un cursillo de 'reorientación'.
Por lo visto, la iniciativa no convence a las propias prostitutas. 'Los clientes están más nerviosos y como consecuencia nosotras no tenemos tiempo suficiente para formar un juicio de su fiabilidad antes de subir al coche', dijo Cari Mitchell, portavoz del Colectivo de Prostitutas Británicas.
Pero la buena noticia para los aficionados al sexo de pago es el nuevo sistema de miniprostíbulos autorizado por el Gobierno. Hasta ahora, la ley sólo permitía que una mujer pudiese dedicarse a la prostitución si trabajaba en solitario desde su casa. El Gobierno se propone modificar el código. La nueva norma admite que hasta un máximo de tres mujeres más una recepcionista puedan ofrecer sus servicios desde un local comercial.