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Crónica de Manhattan

Vigilando el empleo

En los últimos dos meses de 2005 se crearon una media de 200.000 nuevos empleos en EE UU. Es una tendencia positiva que debe mantenerse para que la otra tendencia, la tímida rebaja que se aprecia en los gastos de los consumidores, no se asiente.

La cuestión es importante porque el consumo es el motor de la primera economía del mundo y actualmente se ve amenazado en varios frentes.

Uno de ellos es el encarecimiento del crédito por las sucesivas alzas de tipos. Otro es la subida de los precios de la energía que se ha notado ya en diciembre en los recibos de la calefacción, a pesar de que este invierno esté siendo más benigno que los precedentes en la mayoría del país. Andrew Tilton, de Goldman Sachs, cree que el encarecimiento del petróleo, el gas y la gasolina repercutirá negativamente en el bolsillo del consumidor durante el primer trimestre, y 'el tiempo, aunque más cálido, puede ser nuboso para los consumidores'.

Y un tercer e importante frente es el de la vivienda. El mercado se desinfla. Las variables que medían su crecimiento dan cuenta ahora de que se ha tocado techo y el mercado pierde atractivo, algo que erosiona el valor de los activos de los estadounidenses, que en los últimos años se han endeudado fuertemente con el aval del valor de sus casas.

Ante esta batería de problemas, el estadounidense de clase media se enfrenta con un salario que durante dos años seguidos ha crecido menos que la inflación, una elevada deuda (2,16 billones de dólares sólo en consumo a octubre, cuando en 1998 la cifra era la mitad) y una tasa de ahorro negativa (-0,2%).

Los consumidores de clase media de EE UU son deudores crónicos y según el Centro para el Préstamo Responsable, un centro de estudios de consumidores, no porque todos se hayan vuelto locos y vivan caprichosamente por encima de sus posibilidades, sino porque deben cubrir con crédito algunas necesidades más básicas (educación, salud y arreglos de casas por ejemplo). Siete de cada diez ciudadanos de clase media pagan con su tarjeta de crédito necesidades básicas, dicen en este centro.

Con esta foto y las perspectivas, lo que apuntalará el consumo es una creación de empleo, como mínimo, a un ritmo semejante al de finales del año pasado. Así, la confianza del consumidor podría abandonar su volatilidad y las tiendas seguirían haciendo caja.

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