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La banca echa un cable para dejar de fumar

BBVA y Caixa Catalunya financian a sus empleados programas para abandonar el tabaco

Dejar de fumar es uno de los propósitos que muchas personas se formulan cada nuevo año. La Ley Antitabaco que entró en vigor el pasado día 1 ha supuesto, por lo menos, un incentivo adicional para llevarlo a buen término, de una vez por todas. Sabedores de que no se trata de una misión fácil, muchas empresas han decidido echar una mano a los trabajadores que quieran, como se dice popularmente, 'dejar el vicio'. El sector financiero no ha sido menos. BBVA anunció ayer que financiará tratamientos para abandonar la adicción a la nicotina. Una iniciativa en la que Caixa Catalunya fue pionera. Sus primeras medidas se remontan a 2002.

'Llevamos tiempo proponiendo a nuestra plantilla las ventajas de abandonar el tabaco', asegura Ricardo Lovelace, director de Marco Laboral de BBVA. En 2004, la entidad puso en marcha conferencias en las que participaron médicos y otros expertos en la materia. Durante un año se celebraron seminarios en todos los centros territoriales del grupo vasco.

La Caixa pondrá en marcha a partir de mediados de febrero un ciclo de charlas parecido. En ellas, varios especialistas presentarán consejos para dejar de fumar. La iniciativa forma parte de un plan de actuación que la caja catalana está perfilando estos días.

Gracias a una encuesta realizada a 5.000 empleados de todo el país, BBVA descubrió el año pasado que casi un 27% de su plantilla era fumadora... a su pesar: tres de cada cuatro empleados reconocían su deseo de abandonar el tabaco. En otras entidades la situación no es muy diferente. 'No sabemos exactamente qué porcentaje de los trabajadores fuma pero, por mera observación, se podría decir que en torno al 70% de los que sí lo hacen está tratando de dejarlo', sostiene Enríque Badía, director de Recursos Humanos de Banco Sabadell.

Como dejar la nicotina no es tarea fácil, BBVA ha decidido subvencionar el 50% del coste del tratamiento de deshabituación a aquellos empleados que lo deseen. Y si el trabajador tiene éxito en su empeño un año después, la entidad le paga la cantidad restante. El banco calcula en 300 euros el coste por paciente.

Caixa Catalunya va aún más lejos. La entidad financia desde 2002 dos tercios del tratamiento y, si no hay recaída alguna en seis meses, abona también la parte desembolsada por el trabajador. En 2004, tras un año y medio de aplicación del programa, la caja estimaba que un 70% de quienes se habían acogido a la iniciativa habían logrado abandonar el hábito.

El tratamiento que ofrece BBVA desde ayer contempla sesiones presenciales, así como un seguimiento individualizado médico y psicológico. El programa dura entre 8 y 14 sesiones, en función del paciente. Toda la plantilla, desde los puestos de base hasta el equipo directivo, puede acogerse a la propuesta.

En el Sabadell reconocen que medidas como ésta son positivas. 'Somos receptivos a las propuestas del servicio médico. Si vemos que merece la pena, lo llevaremos a cabo compartiendo costes', afirma su director de recursos humanos.

Para Badía la nueva ley no ha tenido un impacto significativo en el día a día del banco. 'Las pausas para fumar no suponen una pérdida de tiempo muy diferente de las paradas que se hacían antes para tomar un café', indica. Además, la entidad catalana ya había realizado medidas para acabar con los malos humos. Antes de que entrase en vigor la nueva ley sus tres centros corporativos -Sabadell, Sant Cugat y Madrid- disponían de áreas especiales para fumadores, en algunos casos, desde hace cinco años.

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