Todos los instrumentos del ahorro tributarán en torno al 15%
El nuevo impuesto sobre la renta que estudiará hoy el Ejecutivo contempla una reforma en profundidad de los instrumentos de ahorro a corto y medio plazo, de forma que todos ellos tributen a un mismo tipo de gravamen, en torno al 15%.
Con esta medida, el Gobierno pretende dotar de una 'mayor neutralidad' fiscal a todos los productos que aseguran rendimientos del ahorro. Hoy por hoy, existe una multiplicidad de tipos de gravamen en todos ellos, de forma que la fiscalidad es un elemento esencial a la hora de elegir un producto u otro.
Con esto precisamente es con lo que quiere romper el Ejecutivo, de forma que la elección del producto se haga exclusivamente en función de sus características financieras. La aplicación de un único tipo de gravamen, 'en torno al 15%', afectará a los rendimientos en cuentas de ahorro, cuentas corrientes, depósitos y todo tipo de seguros (estos últimos cuentan con reducciones que se amplían conforme aumenta el plazo).
La fijación de un tipo único de gravamen para el ahorro condiciona también al tratamiento de las plusvalías, que, según el Gobierno tendrán 'variaciones mínimas' en el nuevo impuesto. Actualmente las plusvalías tributan al 15% cuando su periodo de generación supera el año, y van al tipo marginal del contribuyente (entre el 15% y el 45%) si se obtienen en menos de un ejercicio. El Ejecutivo contempla mantenerlas en ese 15% o elevarlas ligeramente dos o tres puntos, estableciendo, en ese caso, un mínimo exento para dejar sin tributación a los millones de contribuyentes que son pequeños ahorradores y cuentan en su haber con seguros o paquetes de acciones de reducido tamaño.
Planes de pensiones
Donde también habrá cambios importantes es en el trato fiscal a las aportaciones a planes de pensiones complementarios a la Seguridad Social. El Ejecutivo incentivará, a partir de 2007, el rescate de éstos en forma de renta periódica (mensual). Actualmente existe un fuerte incentivo fiscal (reducción del 40%) pero sólo si el rescate se efectúa en forma de capital (de una sola vez). Con este cambio, el Gobierno pretende que los planes sean utilizados como instrumento de apoyo económico a la vejez, completando la pensión pública del contribuyente, y no como un instrumento de mero ahorro que sea utilizado para otros fines como compra de inmuebles o donación a familiares.
Por otro lado, el Gobierno limitará la aportación máxima anual, con derecho a deducción, a planes de pensiones (ahora se puede acumular aportaciones hasta por 48.000 euros). Hacienda entiende que ahora los que más se benefician son los que cuentan con rentas más altas, y por tanto, mayor posibilidad de ahorro. A cambio, el Ejecutivo primará la utilización de estos planes por contribuyentes con rentas medias.
Ayuda a todos los productos que atiendan la dependencia
Otro asunto estrella en la reforma del IRPF será la ayuda a los contribuyentes y familiares que se encuentren en situación de dependencia (no se pueden valer por sí mismos para las tareas diarias).El Gobierno ha decidido primar fiscalmente 'todos' los productos financieros destinados a favorecer a quienes estén en esta situación. En principio, el incentivo irá a parar a los llamados 'seguros de dependencia', especializados en ello.Sin embargo, la escasa utilización de estos seguros en España, (cuentan con pólizas de elevada cuantía para la cobertura de esa incidencia) ha llevado al Ejecutivo a no descartar otros productos financieros que salgan al mercado y compitan con los primeros para dotar de las mejores prestaciones a los 1,2 millones afectados en España.Además, el nuevo IRPF dejará 'exentas de tributación' todas las ayudas que reciban los familiares por esta circunstancia. Aquí se incluye tanto la prestación económica 'vinculada al servicio', como la cobrada 'por cuidados familiares' o la recibida parcialmente, que se fijen en la futura Ley de Dependencia.