El toro emergente
Muchos fondos han tenido subidas superiores al 60% en 2005, lo que ha atraído a los inversores
Aquello que parece demasiado bueno para ser cierto, normalmente termina siéndolo. Esta es una saludable advertencia para un buen número de inversores que se han lanzado a comprar fondos de inversión de Bolsa emergente en los últimos tiempos, seducidos por las extraordinarias rentabilidades obtenidas por una mayoría de ellos. Por otro lado, las tendencias y ciclos bursátiles suelen ser más persistentes de los que algunos piensan y es habitual escuchar el anuncio del final de los mismos trimestres e incluso años antes de que finalmente terminen produciéndose.
Los fondos de inversión son, sin género de dudas, la mejor opción de acceder a la renta variable emergente para el pequeño y mediano inversor, por múltiples razones, como coste, gestión profesional, diversificación, fiscales, etc. Los índices Lipper, que recogen la rentabilidad media obtenida por fondos pertenecientes a una clasificación determinada, revelan que los de renta variable latinoamericana lideraron las ganancias el pasado año, con un 64,3%. El índice Lipper de Renta Variable Emergente Europa se situó justo por detrás, con un retorno del 55,7% y, finalmente, los de Bolsa Emergente Lejano Oriente volvieron a situarse en la cola, como en el 2004, pero todavía se revalorizaron un jugoso 36,7%.
En algunos casos, en especial en el caso de los fondos de inversión de Bolsa latinoamericana, la apreciación de las monedas locales con respecto al euro, contribuyeron de manera importante a las excelentes rentabilidades obtenidas por le inversor español.
Las razones para explicar este comportamiento son bien conocidas por analistas y expertos y se resumen en los elevados precios de las materias primas, el entorno económico expansivo global y, también algunas otras de mérito interno de bastantes de estos países, como la aplicación de políticas fiscales y monetarias responsables. Así, la percepción de riesgo ha decrecido de manera progresiva y abultada en estos dos últimos años, como lo prueba la reducción de los diferenciales entre los rendimientos de las deudas gubernamentales de países desarrollados y emergentes hasta mínimos históricos.
La reducción de este diferencial, o spread en inglés, significa que los inversores estiman que el riesgo de impago y caídas de los bonos de países emergentes es cada vez menor, por lo que están dispuestos a pagar una prima (diferencial de rendimiento) cada vez más reducida con respecto a los bonos de calidad como los del Tesoro estadounidense o de países de la zona euro. La caída de los rendimientos tiene un efecto positivo inverso en el precio de los bonos, por lo que no es de extrañar que los fondos de bonos emergentes hayan sido también la inversión estrella dentro de la renta fija.
Las preguntas claves son, por cuánto tiempo pueden continuar estos rendimientos y si hay un riesgo real, no sólo de ralentización de las ganancias, sino de una caída violenta. Estas son preguntas importantes para un número creciente de inversores, como lo demuestran los últimos meses de flujos de patrimonio a nivel europeo, que revelan, según datos de Lipper, que los fondos de renta variable emergentes se han situado en los primeros puestos en términos de suscripciones netas positivas.
Predecir con precisión un cambio de tendencia es realmente difícil pero sí se puede ayudar a visualizar el elevado riesgo o volatilidad inherente a esta inversión. El pasado mes de octubre de 2005 fue un excelente ejemplo que seguramente alertó a más de un inversor. Uno de los índices de referencia de la región, el brasileño Bovespa, sufrió un retroceso superior al 10% en catorce sesiones, aunque una recuperación en la última semana del mes, situara la pérdida en unos niveles más moderados y similares a los de algunas Bolsas europeas desarrolladas ese mismo periodo (alrededor de -3% o -4%).
Otra manera de ponerlo es, que de la misma manera que las Bolsas europeas han subido alrededor del 20% en el pasado ejercicio pero algunos mercados emergentes lo han hecho alrededor del 60%, en caso de cambio de tendencia hacia un mercado bajista, la pérdida que pueden tener los fondos de inversión de Bolsa emergente puede ser inversamente el doble o el triple.
Análisis Establecer un límite de pérdidas
l Se inspira optimismo en los mercados bursátiles y la situación macro global sigue siendo buena, pero importantes desequilibrios persisten.l No se debería descartar una corrección de las subidas acumuladas en los tres últimos años. Esta posible corrección previsiblemente sería mucho más violenta en los mercados emergentes.l Establecer límites de pérdidas, o stop loss en inglés, es una saludable y obligada práctica.l Se necesita ser disciplinado y si la caída supera un porcentaje previamente determinado se debe salir.