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Tribuna
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Talento, mujer y empresa

El reto más importante para la economía española es la productividad, según el autor, que se suma al Debate Abierto sobre conciliación de la vida laboral y familiar. En su opinión, para mejorarla es necesaria una mejor gestión del tiempo dedicado a trabajar

En conversaciones sobre empresa y mujer es muy frecuente escuchar que el papel de ésta en las compañías familiares ha tenido casi siempre un carácter secundario.

El peso específico de la mujer en España en los consejos de administración o en los puestos directivos empresariales es muy pequeño, para un país que desea estar entre los más avanzados del mundo. A pesar de ello las mujeres son una figura clave en las empresas familiares por su capacidad conciliadora y por su grado de implicación en los problemas de cada uno de los miembros del grupo familiar. Si no tuviesen esta virtud no sólo muchas más empresas habrían desaparecido, también muchas familias se habrían roto.

Precisamente, esta sensibilidad hacia ciertos retos de las empresas familiares es una de las principales razones -hay muchas más- por las que la plena incorporación de la mujer al liderazgo, sin que ello suponga un problema familiar, es un objetivo inaplazable. Renunciar al talento que aportan es ir contra la competitividad y la continuidad de estas empresas. Por eso hay que adoptar medidas que modifiquen la situación actual.

No hay un solo integrante de la sociedad que no tenga que hacer sus deberes en este ámbito. Por poner un ejemplo, este problema tiene mucho que ver con la educación de las personas, una tarea que no es sólo de padres y profesores, es de todos los ciudadanos. Sin embargo, hay dos figuras que tienen que liderar con sus iniciativas el cambio: empresas y Gobiernos.

Economistas, empresarios y políticos coinciden en que el reto más importante al que se enfrenta la economía española es la productividad. Para incrementarla es necesario lograr una mejor gestión del tiempo, elemento que está estrechamente unido a la conciliación de la vida laboral y familiar. Es decir, familia y productividad son activos que crecen juntos.

Nunca antes las empresas habían tenido tantos elementos a su disposición para gestionar correctamente el tiempo de sus trabajadores. Una planificación adecuada de la carrera profesional y de los horarios de las personas, una adecuada política de recursos humanos y la inversión en nuevas tecnologías -poniendo énfasis en su correcta utilización- ayudan a aprovechar mejor su talento y también a mantener su compromiso a largo plazo con la empresa.

Por su parte, aunque el Gobierno tiene pendiente la incorporación a la legislación nacional de la Directiva 2002/73/CE sobre igualdad de trato entre hombres y mujeres en el acceso al empleo, a la formación y a la promoción profesional, en las últimas semanas ha llevado a cabo iniciativas que avanzan en esta dirección. La más significativa ha sido la ampliación de los permisos de maternidad a los funcionarios del Estado.

Algunas empresas ya habían adoptado iniciativas similares. Seguramente, en las próximas fechas otras empresas se sumarán. Sin embargo, si su efecto queda limitado al sector público y a unas pocas empresas no alcanzará el objetivo principal. Además, en un momento en el que la presión fiscal para las empresas crece, podría dar la sensación de que lo que en realidad se está haciendo es mejorar las condiciones laborales de los empleados públicos en detrimento de los privados. De ahí que sea de esperar que en los próximos meses, tal vez encuadrada dentro de la reforma laboral que necesita el país, se alcance un acuerdo, en el que también deberían implicarse las comunidades autónomas, para que todos los trabajadores se beneficien de este derecho.

En resumen, aunque en ocasiones puede no haber sido correctamente empleado y generalmente no reconocido, el talento de las mujeres siempre ha estado presente en las empresas familiares. Su plena utilización es un requisito imprescindible para ser más competitivos. Para lograrlo, empresas y Gobiernos deben asumir su compromiso y apostar por que todos los sectores permanezcan sensibles a las necesidades de las familias modernas.

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