El BCE se enfrenta a grandes diferenciales de inflación
La inflación en la zona euro para diciembre de 2005 se situará en un 2,2%, según la estimación preliminar de Eurostat, respecto al 2,3% registrado en noviembre. Con lo cual, la inflación media en 2005 también se situaría en un 2,2%. Ese 2,2% de inflación anual en diciembre de 2005 para el conjunto de la Unión Económica y Monetaria (UEM) se descompone, en función de los datos preliminares publicados de inflación armonizada, en un 3,8% esperado para España, que se compensará con el 2,1% previsto en Alemania e Italia, respecto al 2,3% y al 2,4% que registraron en noviembre, respectivamente.
Estos datos ponen de manifiesto los relevantes diferenciales de inflación existentes dentro de la UEM, lo que implican que los distintos países afrontan diferentes tipos de interés reales. El problema de los elevados precios del crudo afecta a todos los países, por consiguiente, son otros factores relacionados con eficiencia y mayor presión de demanda interna los que explicarían este sustancial diferencial de inflación que presenta España respecto a los principales socios comunitarios. Para enero de 2006 se espera que la inflación anual en el conjunto de la UEM repunte a un 2,5%, como consecuencia del aumento en los precios energéticos.
Hoy volverá a reunirse el Consejo del BCE. Ante la esperada moderación de la inflación en diciembre, no prevemos una subida adicional con lo que los tipos se mantendrían en el 2,25%. No obstante, ante el ascenso en los precios del petróleo y el subsiguiente aumento de inflación, esperamos que el BCE eleve el tono de su discurso preparando al mercado para una subida adicional en febrero o en marzo, aunque, dada la debilidad de la demanda interna en Europa, posteriormente volvería a una estrategia de esperar y ver hasta el segundo semestre, cuando prevemos que se consolide la recuperación del empleo y del consumo privado.
Mañana el INE publica la inflación correspondiente a diciembre de 2005. Con este dato se revisarán múltiples contratos y nos permitirá conocer la inflación anual media de 2005. Nuestra previsión para la inflación anual total en diciembre de 2005 es el 3,8%, ante la última información disponible sobre precios alimenticios y energéticos, respecto al 3,4% de noviembre.
Para analizar las implicaciones de esta previsión conviene desagregar el IPC total en sectores básicos que corresponden a mercados suficientemente homogéneos, atendiendo a sus diferentes características de oferta y demanda. La desagregación empleada en este análisis distingue los siguientes sectores, entre paréntesis aparece la ponderación -vigente en 2005- de cada uno de ellos sobre el total: alimentos elaborados (17%), bienes industriales no energéticos (30%), servicios (35%), alimentos no elaborados (9%) y energía (9%). Atendiendo a esta clasificación, el 3,8% de inflación anual total se divide en un 3,8% de inflación en alimentos elaborados, 1,2% en bienes industriales no energéticos, 3,8% en servicios, 4,7% en alimentos frescos y 10,6% en energía. Con este dato de diciembre, la inflación anual media de 2005 se situará en un 3,4% respecto al 3% de 2004.
Como puede apreciarse, el sector energético es el más inflacionista, seguido de los alimentos y los servicios. Así pues, la evolución del crudo continúa constituyendo un riesgo al alza para la inflación. De hecho, nuestra previsión para la inflación anual total en enero de 2006, es que continúe aumentando para alcanzar un 4,2%. Esta predicción incorpora las medidas adoptadas por las diferentes Administraciones públicas ante el contexto actual de elevados precios del crudo.
Así, el 4,2% se descompone en una inflación subyacente, compuesta por los tres primeros sectores -caracterizados por una evolución más suave y que presentan un mayor peso- que aumentará en enero a un 3% respecto al 2,7% registrado en media en 2005, concretamente la inflación anual del sector servicios alcanzará un 4,0%; la inflación de los alimentos frescos se situará en un 4,5% y la correspondiente a precios energéticos aumentará a un 14,3%.
Si bien hasta el momento los efectos indirectos derivados de los elevados niveles del precio del petróleo se estaban compensando con el efecto opuesto procedente de otros factores determinantes de la inflación, tales como la moderación salarial y la eficiencia en la producción que conlleva la globalización, en el próximo trimestre no se dará tal compensación, dado el aumento estacional de la demanda de productos energéticos y las subidas de precios tradicionales al iniciarse un nuevo año. El elevado diferencial de inflación en España implica que, a pesar de las subidas adicionales de tipos, continuemos afrontando tipos de interés reales negativos.