El póquer persa

La decisión de Irán de reabrir sus instalaciones de uranio enriquecido señala un paso fatídico hacia una crisis de seguridad nuclear que el mundo y Oriente Próximo, por no decir los propios iraníes, no se pueden permitir. Dilucidar si se trata de un farol de los teócratas de Teherán o si pretenden desarrollar en serio armas nucleares puede ser mera charla teórica (...). Puede parecer que lo que la antigua Persia ha comenzado es un proyecto piloto en lugar de una reanudación plena de actividad con uranio enriquecido. Nadie lo sabe del todo y, dado su largo historial de secretismo, nadie se fía (...). La mayoría le considera un régimen errático que va avanza hacia un peligroso umbral nuclear. Ante estos modales chulescos, sólo una respuesta internacional firme y unida puede pararle los pies.

Por el momento no sólo EE UU sino la terna europea (Reino Unido, Francia y Alemania), sino Rusia y China han advertido a Teherán claramente que no vaya más lejos con su actividad nuclear (...). Si Irán rechaza un acuerdo y da la espalda a la negociación debería ser remitido al Consejo de Seguridad de las ONU: amenazar a Teherán con el estatus de paria puede ser la única opción para eludir una confrontación.