Telefónica vende acciones de PT para mantener su capital por debajo del 10%
Los estatutos de Portugal Telecom (PT) permiten tomar acciones muy drásticas cuando un competidor posee más del 10% del capital. Telefónica ha preferido evitar esta situación. La española vendió parte de su participación en el tercer trimestre y con ello ha eludido superar el temible límite ahora que PT ha amortizado un 3% del capital.
El movimiento se produjo pocas horas antes de Nochebuena. Como parte del programa de recompra de acciones, Portugal Telecom se ha hecho con el 3% de su capital y ha procedido a amortizarlo. La reacción inmediata es que suben las participaciones de todos los accionistas de la operadora. Puesto que hay menos acciones en circulación, las que tienen los socios pesan más. Y eso puede llegar a ser un problema en una empresa cuyos estatutos permiten eliminar sin contemplaciones toda posición en su capital que supere el 10%, siempre que esté en manos de un competidor.
Telefónica ha estado a punto de encontrarse en esta situación, pero una venta de acciones a tiempo lo ha evitado. En el tercer trimestre de 2005, la operadora vendió un 0,32% de su participación, en lo que supone la primera desinversión de Telefónica en Portugal Telecom desde que firmaron su acuerdo de asociación.
Según la última comunicación oficial, la participación total de la española se redujo al 9,64% -un 9,53% si se tiene en cuenta el capital efectivo-. Y este nivel es exactamente el necesario para que la posición de Telefónica no haya superado el 10% después de la amortización protagonizada por Portugal Telecom. Tras este movimiento, Telefónica es dueña de un 9,96% de su socia, si es que no ha variado su posición desde el último comunicado, justo lo que tenía antes de la venta. Si la española no hubiera vendido, su participación total sería del 10,3% y la efectiva -descontando la participación de los minoritarios- estaría en el 10,2%.
Portugal Telecom intentó acabar con el blindaje en su última junta, pero el Gobierno luso se lo impidió
La operadora, sin embargo, ha rehusado concretar el motivo por el que se han vendido las acciones y tampoco ha querido confirmar si ha sido a causa del blindaje que tiene Portugal Telecom.
En cualquier caso, la intervención por sorpresa del Gobierno portugués en la última junta de accionistas de Portugal Telecom ha tenido sus primeras consecuencias prácticas. La operadora pretendía eliminar las trabas a las participaciones en su capital siempre que el aumento de capital por encima del 10% no se debiera a una compra activa, sino al resultado de su programa de recompra y amortización de acciones.
El Gobierno lo impidió, con una actuación en el último momento de la junta que forzó la retirada de la propuesta. Aunque su nombre nunca fue utilizado, Telefónica fue la causante de una y otra actuación. Portugal Telecom accedió a cambiar sus estatutos para evitar que su aliada en Brasil tuviera que vender acciones. Es cierto que mantenía la pérdida de los derechos políticos en la parte de acciones que excediera el 10%, pero por lo menos Telefónica podía estar tranquila de que su capital no le iba a ser confiscado.
Al Ejecutivo luso no le pareció suficiente. Para proteger la integridad de Portugal Telecom y evitar posibles entradas hostiles, el Gobierno hizo valer sus derechos y obligó a retirar la propuesta, pese a que contaba con el visto bueno unánime del consejo.
A vueltas con la opa hostil
Los temores del Gobierno luso con respecto al capital de Portugal Telecom tienen un foco común: el miedo a una opa hostil y, más en concreto, a una de Telefónica.Y este sentimiento se ha disparado en los últimos tiempos, sobre todo ahora que la Comisión Europea ha tomado medidas contra la acción de oro que todavía conserva el Ejecutivo en su principal operadora.Un ministro del Gobierno ha llegado a decir que el Estado estaría dispuesto a tomar una participación directa más elevada que la actual en Portugal Telecom si se elimina la acción de oro, de forma que su posición fuera determinante para decidir el futuro de la compañía de telecomunicaciones.En la actitud del Ejecutivo también pesa la falta de sintonía que hay entre la actual directiva de PT y el nuevo Ejecutivo luso. Ante esta situación, el equipo de gobierno prefiere atar en corto el accionariado de PT para evitar sorpresas.