Telefónica sacrifica su alianza de móviles para comprar O2
La alianza mundial del móvil forjada hace casi tres años por las principales operadoras europeas va a perder a uno de sus miembros. Telefónica ha ofrecido a la Comisión Europea salirse de ella para aplacar sus reticencias y lograr vía libre para la compra de O2.La firma intenta aplacar a Bruselas y lograr el visto bueno comunitario
Freemove será la sacrificada. Telefónica ha ofrecido a la Comisión Europea su pertenencia a la alianza mundial anti-Vodafone para subsanar los problemas de competencia que Bruselas ha detectado en su proyecto de compra de la operadora británica O2, según aseguran fuentes conocedoras de la situación.
El pacto se firmó en abril de 2003 entre Telefónica Móviles y las filiales celulares de Deutsche Telekom y Telecom Italia. Pronto se unió la división inalámbrica de France Télécom. Un año después se lanzó la marca común y llegaron los primeros servicios, centrados en precios más baratos para las conexiones internacionales de los clientes de las operadoras firmantes y en los países cubiertos por ellas.
Este tipo de alianza nunca fue del agrado de la Comisión Europea, que las ve como el posible germen de un cártel de precios. Y ahora tiene la excusa perfecta para ponerla en entredicho, porque la compra de O2 por parte de Telefónica reforzaría aún más la posición de las aliadas. En Reino Unido, por ejemplo, estarían operando tres socias de la alianza -Deutsche Telekom, France Télécom y O2-.
Según fuentes cercanas a la operación, las dudas suscitadas por esta alianza fueron las que forzaron a Bruselas a ampliar el plazo de análisis de la compra de O2 desde el 19 de diciembre -fecha prevista en caso de aprobación sin condiciones- hasta el próximo 10 de enero. Lo hizo porque detectó problemas de competencia y porque las implicadas ofrecieron 'soluciones' para paliarlos.
Ahora, estas fuentes aseguran que la solución propuesta por Telefónica es que su filial celular abandone la alianza. Tanto Telefónica como Móviles, sin embargo, rehusaron ayer comentar esta información, y todavía no se conoce la respuesta de Bruselas a la oferta.
Efectos de la propuesta
La salida de Freemove no es una noticia devastadora para Telefónica Móviles, pero tampoco es buena. La suma de Deutsche Telekom, France Télécom y Telecom Italia permitía a la compañía española formar parte de un pacto con más clientes de los que tiene Vodafone y con una presencia en países bastante similar. Los resultados en acuerdos de itinerancia y en compra conjunta de terminales eran aún incipientes, pero con mucho potencial.
O2 ofrece en cambio unas sinergias mucho más evidentes en los países donde tiene presencia, sobre todo en Reino Unido y Alemania, pero el resto tendrá que complementarse con otros acuerdos. La renuncia a la alianza deja a Telefónica sin socio en Francia y en Italia, países en los que buscará acuerdos individuales con operadores más pequeños o en condiciones que no molesten a la Comisión Europea, según las fuentes antes citadas. Lo mismo hará con el resto de las zonas a las que accedía gracias a la presencia internacional de sus todavía socias y a las que tendrá que renunciar si sale adelante la propuesta hecha a Bruselas.
Y es que a Telefónica sólo le falta el visto bueno de Bruselas para considerarse totalmente triunfante en su opa sobre O2. La operadora cuenta ya con la adhesión de más del 65% del capital y eso que el plazo no se ha cerrado todavía, así que en cualquier momento puede declarar la opa incondicional.
Los pactos dejan paso a las compras
La alianza anti-Vodafone formada por los cuatro principales ex monopolios europeos es la mayor que existe en el mundo, pero no la única. También hay otra de segundas y terceras telefónicas celulares, de la que forman parte O2 o Amena, por ejemplo, que igualmente intenta replicar a base de acuerdos la presencia internacional que tiene el líder mundial de móvil y los beneficios que saca de ello.Pero estas alianzas fueron fruto de una época. Comenzaron a pensarse en 2002 y se materializaron en 2003, un momento en que el estallido de la burbuja tecnológica y la mala salud financiera de las operadoras impedía ampliar sus poderes de otra forma. La mejoría que se ha producido desde entonces ha cambiado el escenario. Las compras han vuelto a ser posibles y así lo ha demostrado France Télécom, con la adquisición de Amena, o Telefónica, con la opa sobre O2. Y, por supuesto, las operadoras siempre preferirán una adquisición que un acuerdo con otra firma que en muchos casos es competidora, así que el futuro de estas alianzas, cada vez con menos socios, es más que incierto.