Austria aspira en su mandato a reactivar la constitución de la UE
La flamante presidencia austriaca de la Unión Europea dará prioridad durante su mandato de seis meses a la ratificación del presupuesto comunitario (2007-2013) por parte del Parlamento Europeo y a la reactivación del maltrecho proyecto de Constitución.
Las perspectivas financieras (presupuesto plurianual) de la UE hasta 2013, aprobadas en diciembre durante el pasado Consejo Europeo de Bruselas en una difícil negociación por los 25, suponen un recorte de los gastos comunitarios hasta los 862.000 millones de euros (el 1,04% de la renta nacional bruta comunitaria) que la Eurocámara no está dispuesta a ratificar si no es con alguna mejora adicional sobre lo pactado por los jefes de Estado y de Gobierno.
A la búsqueda de un nuevo consenso en el Parlamento (ligero aumento de recursos sobre los 862.000 millones iniciales) irán buena parte de los esfuerzos de la UE durante el primer semestre del año, según señalan fuentes de la presidencia austríaca.
Otro de los caballos de batalla pendientes es la reactivación del proyecto de Constitución europea, moribundo tras el referéndum francés y holandés en los que se rechazó el borrador de la Carta Magna.
En la presentación de las líneas generales de la presidencia austríaca, el canciller Wolfgang Schuessel, avisó de las 'limitaciones' temporales con que contará su administración para alcanzar 'avances importantes' en sólo un semestre, en asuntos tan espinosos como el proyecto constitucional. De hecho, Austria, como buena parte de los socios comunitarios de menor tamaño, recela del efecto que tendrá sobre las competencias nacionales una Unión a mayor escala y en la que los países grandes ganan peso en la toma de decisiones colectivas, según consta en el proyecto de Constitución.
Mirada a los Balcanes
No obstante, Austria desea fortalecer el proceso de integración con una mirada hacia sus vecinos de los Balcanes. Así, la nueva presidencia prevé avivar el debate sobre el ingreso de Rumanía y Bulgaria en 2007 o en años posteriores, y gestionará las propuestas de la Comisión para iniciar las conversaciones de adhesión con Croacia. Hará algo similar con Turquía aunque en este caso, muestra sus reticencias. 'Queremos dar a Europa un nuevo estímulo, mantener viva la idea de un continente común y diverso', recalca Schuessel.
La pesada losa de un escaso crecimiento
La presidencia austríaca tendrá también que hacer frente al escaso crecimiento económico que mantiene el área (por debajo del 2%), afectada por la parálisis en países centrales como Alemania o Francia. En este sentido, cobra importancia la aceleración de las reformas económicas pendientes (mercado laboral y de servicios), puestas sobre la mesa por la pasada presidencia británica. A pesar de la urgencia en el calendario que quiso imprimir el primer ministro británico, Tony Blair, su gestión al frente de la UE ha pasado sin dar los avances deseados.La gestión del crecimiento económico y las reformas estructurales deberán combinarse con los problemas del día a día, a veces de gran calado. Para muestra, la actual crisis de suministro de gas entre Rusia y Ucrania, cuyo efecto colateral está llegando al corazón de la Unión a 25.