Codere aplaza de nuevo y sin fecha su salida a Bolsa
El grupo de juego Codere, que ya retrasó en octubre su salida a Bolsa a la espera de cerrar la compra de Operbingo, ha vuelto a posponer su entrada en el parqué. Este nuevo aplazamiento es el segundo que realiza sine díe después de que en 1999 llegara incluso a presentar un folleto en la CNMV. Los accionistas de Codere ampliarán capital para sustituir a la OPS que estaba prevista.
La idea de sacar la compañía a Bolsa sigue en la mente de los accionistas de Codere, pero lo que no terminan de definir es el momento de llevarla a cabo, a pesar de que desde mediados del año pasado se ha estado negociando con los bancos para que la empresa estuviera en la recta final antes de fin de 2005. El argumento para el nuevo aplazamiento es que no se dan las condiciones adecuadas en el mercado, según fuentes de la compañía.
Hace poco más de dos meses, se anunció un retraso en la salida a Bolsa hasta que se resolviera la compra de Operbingo. Esta operación, sin embargo, ya se ha cerrado, según informan fuentes de la empresa, pero el estreno en el parqué ha vuelto a sufrir un nuevo aplazamiento, esta vez, sine díe.
Se trata de la segunda ocasión en la que el grupo pospone sin fecha el inicio de cotización. La primera fue en 1999, cuando ya se habían cumplido gran parte de los trámites reglamentarios para empezar a cotizar y se había registrado, incluso, un folleto informativo en la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Tampoco en aquel momento se dieron finalmente las condiciones adecuadas de mercado y su estreno como cotizada se sustituyó por una ampliación de capital de 54 millones y la posterior entrada de nuevos socios.
Ahora, Codere vuelve a estar 'sin una fecha decidida para salir a Bolsa', pero con la 'intención de hacerlo'. El problema es que en la junta celebrada el pasado 22 de septiembre se acordó dar este paso antes del cierre del ejercicio. Codere ha tenido que convocar una junta extraordinaria para revocar o modificar parte de los acuerdos adoptados entonces, especialmente el de su estreno como cotizada en 2005.
Una OPS de 100 millones
La salida al mercado estaba previsto que se realizara mediante una OPV y una OPS, es decir, a través de una oferta pública de venta de acciones ya emitidas y con una oferta pública de suscripción (OPS) de acciones de nueva emisión. Esta segunda modalidad implica una ampliación de capital que, en este caso, se iba a destinar a potenciar el crecimiento de la empresa. La OPV se había estimado para el 35% del capital del grupo.
La cantidad que se había barajado para la OPS, pero que no se llegó a hacer oficial, es de unos 100 millones de euros, según fuentes de la compañía de juego.
Ahora, al frenar esa inminente salida a Bolsa, los accionistas de Codere asumirán ellos mismos una ampliación de capital cuya cuantía se decidirá a mediados de enero y que no deberá coincidir necesariamente con la cantidad prevista para la OPS, es decir, los 100 millones de euros.
De hecho, en el orden del día de la convocatoria de junta se especifica 'la facultad de acordar, en una o varias veces, el aumento de capital en la oportunidad y en la cuantía que el consejo decida, hasta un importe nominal máximo igual a la mitad del capital social de la sociedad en el momento de la autorización'. Esta operación se realizará mediante la emisión de acciones ordinarias, privilegiadas o de cualquier otro tipo, con derecho de suscripción preferente y con aportaciones dinerarias.
El capital de Codere está repartido entre las familias Franco (41%) y Martínez Sampedro (35%), unos minoritarios (12%), el fondo Intermediate Capital Investment (3%) y autocartera.
Reacción en cadena tras la emisión de bonos
Esta segunda intentona de salida a Bolsa estaba articulada de tal modo que en seis meses se realizaba una emisión de bonos, la compra de Operbingo y el estreno en el parqué. Antes de empezar a cotizar, concretamente el pasado mes de junio, la compañía realizó una emisión de bonos por valor de 335 millones de euros, parte de los cuales se destinarían a la adquisición de Operbingo en Italia. Pero antes de la compra de este operador de bingos, casinos y salas de juego se debían abrir una serie de salas que, por problemas técnicos, retrasaron su apertura.Este retraso provocó que el valor de Operbingo fuera inferior al previsto, lo que se recogía en el folleto de emisión de bonos. Todo ello obligó a retocar técnicamente la operación, incluyendo la valoración de Operbingo y la de Codere, lo que repercutió en los calendarios inicialmente previstos. La CNMV dio el beneplácito a ese aplazamiento de salir al parqué.Se da la circunstancia, además, de que Codere estaba participada en un 49% por el operador italiano Promec y en un 51% por los principales accionistas de Codere. No obstante, cada una de las salas que operaba Operbingo tenía un reparto diferente aunque en todas se repetían los mismos accionistas: Promec, los Franco y los Martínez Sampedro.Ahora, una vez que ha fallado la ventana de diciembre de 2005 para el salir al mercado, Codere no prevé estrenarse en el parqué hasta, al menos, finales del primer semestre de 2006.