La cesta de Navidad, de nuevo el regalo estrella para empleados
Algunos expertos creen que tener un detalle con la plantilla no debe usarse para premiar un buen año de trabajo
Jamones, camisetas, bufandas, libros de edición limitada, tazas personalizadas, un perfume, litografías, agendas, bonos para masajes o velas de olor son sólo algunos de los regalos que, en estos días, los trabajadores han recibido de su empresa con motivo de las fiestas navideñas. Pese a todo este bazar, la tradicional cesta navideña, esa entrañable caja con embutidos y conservas, licores y espumosos, y, por supuesto, dulces navideños, ha vuelto a ser el regalo más habitual entre las empresas que agasajan a sus plantillas. En el lado opuesto están las compañías, muchas, que no han dado nada porque es su tradición o porque lo han suprimido.
'Los regalos no aportan demasiada motivación, son bastante inocuos', señala José Ignacio Arraiz, presidente de la consultora Hay Group. 'Pero', advierte, 'si un año se dan regalos y se dejan de dar al siguiente, se vuelven contra la empresa'. Sin embargo no es raro dar con algunas compañías que han suprimido esta práctica. 'El director general, durante la fiesta de navidad, justificó la eliminación del regalo -una paletilla y dulces- diciendo que no tenía glamour y era propio de compañías paternalistas', explica un empleado que no quiere dar el nombre de su empresa.
Para Arraiz, tan bien está regalar como no regalar. Eso sí, cuando se opta por tener un detalle con los trabajadores hay que respetar unas pautas: 'No hay que tirar la casa por la ventana, debe ser un regalo de valor moderado, igual para toda la plantilla y recordar que es muy difícil dejar de darlo en los próximos años'. Tras un proceso de fusión, en más de una empresa ha ocurrido que mientras un empleado recibía una cesta navideña, su vecino de mesa no tenía nada porque cada uno venía de compañías diferentes con políticas distintas. 'Esto hay que evitarlo', insiste Arraiz.
Asimismo, hay que evitar que el obsequio de Navidad se utilice como recompensa por un buen trabajo. 'Si la empresa va bien, a los trabajadores se les premia de otra forma, y no con un regalo navideño, esto es un error'.
Algo que revela que los detalles de estas fechas nada tienen que ver con un premio a empleados está en que es el área de marketing o similar la que se encarga de gestionarlo y no la de recursos humanos.
Una moda que, poco a poco, se va extendiendo lo ejemplifica la consultora Deloitte & Touche. Según explican sus responsables, en esta multinacional prefieren obsequiar con 'actividades que fomenten la participación de la plantilla y de sus familiares que con un regalo tradicional'. Desde hace tres años, en Deloitte & Touche celebran, entre otros, un 'cine solidario', en el que además de asistir a un estreno -este año fue la última película de Harry Potter- se recogen objetos para dar ayuda solidaria.
Para el presidente de Hay Group, 'una fiesta motiva más a los trabajadores que un obsequio y, al tiempo, es percibido por la plantilla como un regalo, como algo a lo que invita la empresa'. Grandes consultoras y compañías de servicios han optado este año por fórmulas en las que la fiesta de la empresa es el gran regalo, donde todos hablan con todos y en las que, a lo sumo, se sortea algún regalo.
Pero en la variedad, como reza el dicho, está el gusto y, en firmas como Analistas Financieros Internacionales (AFI) sus empleados han podido en estas fechas elegir entre llevarse una cesta de Navidad, un jamón de Jabugo o un cheque regalo para comprar en diversas tiendas. En otra entidad financiera, como ING Direct, el regalo lo aportan los propios trabajadores, ya que entre ellos sortean todos los obsequios llegados a la casa cuyo valor sea superior a 36 euros.