Los blanqueadores de dinero hacen negocios en Navidad
Mañana es el día del año en que más personas pueden resultar agraciadas con un premio de la lotería de Navidad. Y mañana es también el día en que los profesionales del lavado de dinero negro disparan sus redes de contactos para localizar a esos ganadores. El motivo no es otro que ofrecerles más dinero del que hayan ganado en la lotería a cambio de que les entreguen el boleto premiado. Con esta compra, los delincuentes pueden dar apariencia legal al dinero obtenido con la venta de armas o de drogas, por ejemplo. 'Lo gané en la lotería', dirán a las autoridades fiscales.
¿Qué pasa con el iluso vendedor del boleto premiado que no se resiste a la tentadora oferta del defraudador? Según advierten los técnicos de Hacienda, agrupados en el colectivo Gestha, el ambicioso ganador será quien no pueda acreditar ante la inspección fiscal el origen de su dinero.
Si Hacienda detecta al vendedor de un billete premiado, puede terminar pagando más de la mitad del premio, entre la deuda principal y las sanciones. De hecho, como mínimo, Hacienda podría decir que todo el dinero es una ganancia de patrimonio no justificada, lo que supone pagar el 45% del total en el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) a partir de los 45.900 euros.
Los técnicos de Hacienda explican que el sobreprecio que los delincuentes ofrecen a los ganadores de la lotería oscila entre el 10% y el 20% del premio. Según José María Mollinedo, vicepresidente de Gestha, 'un contribuyente con unos ingresos brutos anuales de 30.000 euros que gane 300.000 euros y que, movido por su ambición, vende su billete a un defraudador por 350.000 euros, puede acabar pagando a Hacienda más de 175.000 euros'. Sin embargo, el delincuente que compró el billete sólo pagará el sobreprecio y, ante Hacienda, podrá en todo momento acreditar el carácter exento y lícito de los fondos.
Esta técnica de lavado de dinero no es ni mucho menos moderna. Muy al contrario, lleva décadas en práctica y no resulta del todo fácil de detectar por las autoridades. No obstante, cada vez son más las situaciones que disparan las alertas de las autoridades.
Uno de los últimos casos en salir a la luz pública ha sido en el que se ha visto involucrado el despacho de lotería El Enano Afortunado. A raíz de un juicio sobre blanqueo de capitales, una resolución de la Dirección General de Loterías y Apuestas del Estado ha obligado a esta administración -la tercera en ventas de toda España- a cerrar sus puertas desde el pasado mes de octubre. Al parecer, responsables de El Enano Afortunado informaban a los blanqueadores de capital de la identidad de clientes que habían sido agraciados con premios por lo que fueron condenados a una inhabilitación de un año para dirigir una administración de lotería y a seis meses de prisión.
Por supuesto, ningún tipo de sorteo está libre de los intereses de los blanqueadores de capital. Por eso, como así ha señalado Jesús Evangelio, director general de Loterías y Apuestas del Estado, existe una obligación permanente por parte de este organismo de comunicar a Hacienda la identidad de los ganadores de premios superiores a los 5.000 euros. De esta forma, aunque sea un comprador y no el auténtico premiado, su rastro se sigue. Si, por ejemplo, cada año, una persona resulta agraciada con varios premios millonarios será una suerte tan grande que estará bajo sospecha.
Todos los juegos, bajo sospecha
La lotería nacional, la primitiva, la bonoloto, la quiniela, así como los cupones de la ONCE tienen la ventaja de que están exentos de impuestos cuando se ganan. Esto hace que, frente a premios obtenidos en un casino y que sí pagan impuestos, sean más atractivos para blanquear dinero. Pero cuando se trata de buscar un origen lícito para un capital ilegal al delincuente no le importa tributar.Así, los casinos, tanto físicos como por internet, y los portales de lotería también sirven a los propósitos de los blanqueadores. Pero a diferencia de los sorteos con billetes anónimos, los casinos están sometidos a fuertes obligaciones de identificación, sobre todo a raíz de la ley de prevención de blanqueo de capitales y su normativa de desarrollo. Por ejemplo, deben emitir certificados acreditativos de las ganancias e identificar a quienes hagan operaciones superiores a los 8.000 euros o compren fichas por encima de los 1.000 euros.