¿Dónde compra Jesucristo?
Coincidiendo con el aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, celebrado el sábado, once premiados con el Nobel de la Paz han unido sus voces a la federación sindical estadounidense AFL-CIO en una campaña en la que se pide el reconocimiento mundial de los derechos de los trabajadores.
Con la rúbrica de Lech Walesa, Desmond Tutu o Shirin Ebadi, entre otros, un anuncio publicado en la prensa este fin de semana denuncia la situación en China, Birmania y también en EE UU. La acción se produce en un año en el que esta federación ha sufrido una histórica escisión y el porcentaje de afiliados ha caído del 35% en los cincuenta al 7,9%.
Los empresarios dicen que el problema de los sindicatos no es que haya una posición beligerante hacia ellos, sino la falta de sintonía de estas organizaciones con los trabajadores.
Una de estas organizaciones está buscando esa conexión rindiéndose a la tendencia sociológica más relevante de EE UU en estos momentos: el creciente papel de la religión en la vida política, social y económica.
Lo ha hecho, indirectamente, el Sindicato de la Alimentación y Comercio, que financia WakeupWalMart.com, un grupo de críticos de la mayor cadena comercial de descuento. En Wal-Mart, todos los esfuerzos por sindicar a los trabajadores han chocado contra campañas en contra por parte de la empresa, y por ello este grupo ha puesto en marcha una llamada al boicot, apoyada por 65 líderes de distintas confesiones cristianas, para criticar, desde fuera, su política de recursos humanos.
'¿Dónde compraría Jesucristo?' es el eslogan de una movilización en la que, a través de anuncios en la televisión, se quiere que la gente reflexione sobre si Dios sería cliente de un centro comercial al que se acusa de abusar de los trabajadores y no proporcionar seguros médicos asequibles, además de discriminar a las mujeres, entre otras cosas. 'Jesús no abrazaría los valores de avaricia y beneficios a cualquier coste', se lee en la carta abierta de los religiosos y los críticos.
La unión de sindicalismo y religión es una rareza, máxime cuando las iglesias cristianas han sido hasta ahora más activas en la defensa de posiciones muy conservadoras. Pero como se demostró en las últimas elecciones, cuando George Bush fue reelegido gracias al voto cristiano, la religión es una de las sintonías más importantes de EE UU y al menos un sindicato quiere unirse a este ritmo.