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Almodóvar, un caso de estudio en las escuelas de negocios

Hay chicas Almodóvar, chicos Almodóvar y ahora también ejecutivos al estilo Almodóvar. La marca del cineasta manchego traspasa la gran pantalla y llega a los pupitres de las escuelas de negocios. El caso Almodóvar ha entrado a formar parte de los estudios de los futuros ejecutivos. Alumnos de las escuelas de la talla de Harvard, Stanford, Chicago, Insead y de las españolas Esade, IESE e Instituto de Empresa estudian el modelo empresarial de Pedro y de su hermano Agustín, verdadero artífice de la productora El Deseo.

'Es un ejemplo interesante para las escuelas porque han creado una empresa entusiasmada, con un planteamiento distinto de organización siempre al servicio del talento', explica la profesora de Estrategia y Creación de Empresas de Esade Silvija Svejenova, una de las autoras de la investigación junto a José Luis Álvarez, profesor del Instituto de Empresa.

El análisis se inició cuando Svejenova realizaba a finales de los noventa su tesis doctoral sobre nuevas formas organizativas y observó que el cine había trabajado con esos modelos desde hacía décadas. 'En escenarios tradicionales, los ejecutivos buscan a profesionales que se adapten a un determinado puesto', relata la profesora. En El Deseo no ocurre así, tienen una manera muy peculiar de entender los fichajes. 'Cuando Almodóvar se encuentra con personas que le llaman la atención por su creatividad o por alguna otra faceta, las incorpora a la productora y les crea un puesto a su medida', añade. Pero hay algo más: las empresas que tienen relación con la productora trabajan con una cláusula que favorece a sus empleados. Esto quiere decir que, si alguno de estos profesionales se marcha a otra organización, El Deseo rescindiría automáticamente el contrato y trabajaría con la nueva empresa en la que preste sus funciones el empleado. 'Se preocupan de crear lazos fuertes con las personas y eso crea una gran motivación hacia los proyectos', explica Svejenova.

Cuando el cineasta detecta a personas que le llaman la atención por alguna faceta, crea un puesto a su medida y las incorpora a su productora

Otro de los factores que han influido en el interés por el director de cine es el tándem que forma con su hermano. Pedro es la cara visible y Agustín es el que gestiona en la sombra. 'Se trata de una pareja que ha sabido complementarse perfectamente y han repartido muy bien los papeles', afirma la autora del estudio.

La trayectoria de Pedro Almodóvar, de 54 años, tampoco tiene desperdicio. Con mucha seguridad afirma que él es el 'único dueño de su carrera'. Desde su pueblo de Calzada de Calatrava (Ciudad Real) llegó a Madrid, donde comenzó a trabajar como administrativo de Telefónica. Desde pequeño siempre le había interesado el séptimo arte y le rondaba el sueño de dedicarse a él por entero. Sin embargo, no tenía medios. Durante años ahorró dinero suficiente para comprarse una cámara de Súper 8, con la que empezó a rodar los primeros cortos, que le sirvieron de aprendizaje como cineasta. 'Ha luchado por lo que quería y al final lo ha conseguido'. Pero ha logrado algo más, ha creado una organización empresarial, que combina el desarrollo de negocio con la creatividad. Para los ejecutivos, Almodóvar es un ejemplo. 'Es auténtico, coherente, honesto, apasiona y sabe comunicar'. Los ingredientes del liderazgo.

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