Cuevas culpa a la división sindical y al Gobierno del fracaso del diálogo

La culpa de que las negociaciones de la reforma laboral estén estancadas la tiene la división entre los sindicatos CC OO y UGT y la falta de coordinación entre el Ministerio de Economía y el de Trabajo. Este es el análisis que hizo ayer el presidente de la patronal CEOE, José María Cuevas, para después asegurar que no habrá acuerdo laboral antes de fin de año.

'Me gustaría ver el acuerdo en el primer trimestre de 2006, pero estamos en una situación muy ambigua: sabemos que no hay acuerdo pero nadie se atreve a ser quien decrete el diálogo social como terminado', indicó.

Dicho esto se lamentó de haber elegido la fórmula tripartita de negociación, incluyendo al Gobierno, ya que, en su opinión, hubiera sido más eficiente una negociación bilateral sólo entre patronal y sindicatos.

En materia fiscal, el líder de los empresarios explicó que las grandes empresas temen que la rebaja del impuesto de sociedades para las pymes, anunciado por el Gobierno repercuta en una mayor tributación de las grandes 'tal y como ocurrió con la desaparición del Impuesto de Actividades Económica', afirmó Cuevas. También criticó que, 'al tiempo que el Gobierno anunciaba la rebaja del impuesto de sociedades, ya estaba anunciando una batería de impuestos medioambientales, que pueden ser un bosque de tasas, multas y concesiones, que soporten solo las empresas y en el que decidan todas las Administraciones'. Y advirtió que no vale de nada rebajar impuestos si no se reduce la presión fiscal, 'y esto no lo ha hecho ningún Gobierno', dijo.