El atractivo de las joyas antiguas en Feriarte
Un collar que se transforma en broche, un broche que se transforma en horquilla para el cabello. Valor refugio, obra de arte y objeto de uso, la joyería antigua tiene un lugar destacado en Feriarte. De hecho, para los anticuarios la feria de antigüedades madrileña es una plataforma excelente para adquirir joyas, por variedad y precio.
Francine Joaillerie, con sede en Marsella, ha seleccionado para su debut en Feriarte una colección de joyas antiguas, entre las que destaca un collar del siglo XIX que se convierte en broche, del que cuelga una esmeralda de Colombia de 40 quilates, y un broche de Cartier doble clip desmontable en dos piezas, de 1935, realizado en oro, platino y topacios. Se trata de un objeto excepcional, comenta la anticuaria francesa, que se conserva en su estuche original y cuyo precio se estima en unos 30.000 euros. Otra de las piezas más llamativas del stand es un collar de oro, plata con 10 quilates en diamantes, de la época de Napoleón III.
A. Iruretagoyena muestra broches, pulseras y pendientes, entre otras joyas. Una de las más destacadas es un broche francés en forma de rama floral, realizado en oro, vistas en plata y diamantes, de 1860, con un precio de 10.000 euros. Su particularidad es que se puede llevar en pequeños broches o montados sobre dos horquillas o solo la parte superior.
Barcena trae a Feriarte una pareja de pendientes de oro con esmaltes y perlas finas del siglo XVII, valorados en 5.000 euros.
Para los grandes bolsillos, Vendôme presenta un bolso de oro con 10 quilates de brillantes y 7 quilates de rubíes, con un precio de 20.000 euros, y un broche de platino y alrededor de 30 quilates de diamantes, valorado en 40.000 euros.