Bruselas abrirá un expediente a Italia por las trabas al BBVA
Bruselas expedientará a Italia antes de final de año por las artimañas del gobernador de su banco nacional, Antonio Fazio, para impedir la entrada en el mercado al BBVA y al ABN Amro. Se trata de la primera intervención oficial de las instituciones comunitarias tras el escándalo provocado por la actuación de Fazio durante el pasado verano.
El comisario europeo de Mercado Interior, Charlie McCreevy, cuenta ya con los apoyos necesarios en el seno de la Comisión para expedientar a Italia. El irlandés ya había expresado su deseo personal de actuar contra el país transalpino por las dificultades que pone a la llegada de capital extranjero a su sector financiero. El portavoz de McCreevy, Oliver Drewes, indicó ayer que el expediente se abrirá finalmente, casi con toda probabilidad, antes de final de año.
Bruselas comenzará por exigir explicaciones al Gobierno de Silvio Berlusconi sobre la actuación de Antonio Fazio durante la tramitación de las opas lanzadas por el BBVA (sobre el Banca Nazionale del Lavoro) y el ABN Amro (por Banca Antonveneta). Pero el expediente puede acabar, incluso, en una denuncia ante el Tribunal de Justicia de la UE.
El banco español abandonó su tentativa después de que la aseguradora Unipol contraatacara con una oferta, pero ha llevado la cuestión a los tribunales por considerar que existió discriminación en el precio ofrecido a los accionistas de BNL. La entidad holandesa logró su objetivo, pero sólo después de que una oferta rival, orquestada desde instancias próximas al regulador, tuviera que retirarse.
El banco español se retiró de la pugna por BNL tras la opa lanzada por la aseguradora Unipol
La prensa italiana reveló conversaciones telefónicas no sólo de Fazio, sino incluso de su esposa, con los directivos de las entidades italianas que eran objeto de las opas. El Gobernador y su consorte dieron garantías de que se haría todo lo posible para que las ofertas no salieran adelante.
Explicaciones de Roma
Roma deberá ahora justificar ante Bruselas esos comportamientos. Y demostrar que no vulneran la directiva europea de banca que exige al regulador un comportamiento neutral con independencia de la nacionalidad de las entidades.
El Banco de Italia, como el resto de reguladores nacionales, dispone de margen para vetar una fusión en el sector, pero siempre que invoque riesgos para la estabilidad financiera del país. Pero McCreevy no parece convencido de que ese fuera el motivo de Fazio.
Bruselas enmarca el expediente contra Italia en sus renovados esfuerzos por acelerar la integración de los mercados financieros de la zona Euro. La CE, tras consultar con el sector, ha concluido que el principal obstáculo a las fusiones transfronterizas de bancos estriba en las trabas de las autoridades nacionales.
La dirección general de Competencia de la Comisión ya intervino en 1999 contra el veto de las autoridades portuguesas a la intención del Banco de Santander de hacerse con parte del conglomerado financiero Champalimaud. McCreevy quiere ahora acotar la capacidad legal de los reguladores nacionales para ejercer ese veto incluso cuando invocan razones de supervisión.
El expediente contra Italia puede servir de precedente a Bruselas para intervenir en el futuro contra las autoridades nacionales de otros países. Pero Fazio se encuentra blindado, a priori, contra su propio gobierno.
El cargo del gobernador es vitalicio y su atrincheramiento en el puesto ya le ha costado el puesto al ministro de Economía de Berlusconi que cuestionó su actuación. McCreevy, al menos, no corre ese riesgo.