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Automóvil

General Motors cierra 12 plantas en su mayor ajuste desde 1991

General Motors eliminará 30.000 empleos en Norteamérica, 5.000 más de los anunciados en junio. Los despidos comenzarán a partir de este año y hasta 2008. Los planes de la automovilística, además, pasan por cerrar 12 plantas, tanto de ensamblaje como de componentes y servicios en EE UU y Canadá. Con el recorte, el mayor desde 1991, se quiere parar el continuado declive de la empresa y volver a la rentabilidad perdida.

Las decisiones que anunciamos hoy han sido muy difíciles de tomar por el impacto en nuestros empleados y las comunidades en las que vivimos y trabajamos', declaró ayer en rueda de prensa el presidente de la automovilística, Richard Wagoner. Pese a lamentarlo, el primer ejecutivo de GM aseguró que estas acciones eran necesarias para que la compañía recupere la competitividad que sí tienen Toyota o Nissan. Los recortes planteados son los más severos en 14 años, cuando GM puso en marcha un plan de recortes que acabó con 74.000 puestos de trabajo y 21 fábricas en cuatro años.

Ahora se quieren hacer los recortes más deprisa. Para 2006 tiene planeado el cierre de la mayoría de las seis plantas de ensamblaje que desaparecerán (en estados como Oklahoma, el ya deprimido económicamente Michigan, Georgia, Tenessee, pero también en la provincia canadiense de Ontario) y otras tantas de componentes (motores y cajas de cambio) y servicios.

Con todo ello, Wagoner espera conseguir unos ahorros de costes anuales de 7.000 millones de dólares desde final de 2006, que ayuden a rebajar unas pérdidas que en lo que va de 2005 se elevan a 3.800 millones de dólares. Los ahorros son 1.000 millones más de los que se calcularon en junio cuando se dio una primera idea de la magnitud de este plan. Adicionalmente se tratará de conseguir que las plantas que queden funcionen al 100% de su capacidad.

El sindicato dice que la disminución no ayudará a superar la crisis

Actualmente están al 85% y quizá es mucho puesto que los inventarios de coches están llenos de modelos que no se venden más que con fuertes descuentos que han erosionado el margen de la compañía. Los competidores de GM, sobre todo los europeos y asiáticos, no tienen que hacer grandes rebajas para vender sus coches en un mercado, el norteamericano, que sigue estando fuerte. Además, esta competencia, al ser industrialmente joven en EE UU no tiene los fuertes costes en sanidad y pensiones que soportan las de Detroit.

Wagoner explicaba que desde 2002 hasta 2008 se habrá reducido la capacidad de producción en dos millones de unidades en Norteamérica. Sus cuentas pasan por que en 2008 se produzcan en este mercado 4,2 millones de vehículos. Los títulos de la compañía se revaluaron ayer apenas unos centavos al conocerse estos planes que se esperaban y que, pese a su alcance, dejaron a muchos con sabor a poco. Efraim Levy de Standard & Poor's, decía ayer que contaba con más reducción de empleo. En UBS, los analistas consideraban que las medidas no son del todo agresivas. A media jornada, los títulos de GM volvían a las pérdidas.

Del otro lado, el sindicato UAW, que está negociando más recortes de costes (médicos y de pensiones) para el próximo convenio colectivo, mostró su absoluta decepción por los planes de la empresa. En un comunicado, calificaron la acción de 'desafortunada, devastadora e injusta para miles de trabajadores, sus familias'. Según el sindicato, la caída de las ventas y de cuota de mercado porque los coches no son lo suficientemente atractivos, no es culpa de ellos. El sindicato dice que los recortes no ayudaran a la empresa a salir de la crisis.

Pero es el camino en el que se ha embarcado forzado por unas ventas que no despegan. De hecho, si los planes de producción de Toyota se elevan a final de este año, como parece que es el caso, GM puede perder el título de 'mayor automovilística del mundo' que ha mantenido desde los años 30. Los recortes de costes (que se añaden a los 1.000 millones en sanidad eliminados recientemente), plantilla y producción son parte de los frentes que tiene abiertos la empresa. S&P, que degradó la calificación de la deuda a basura, dijo mantener su rating en vigilancia. Queda pendiente, entre otras cosas, la venta de la participación de control de la financiera GMAC y cerrar un acuerdo con los sindicatos con más recortes de costes.

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