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Carme Ruscalleda

'Aún no he llegado a la cima'

Esta catalana nacida en Sant Pol de Mar hace 54 años se ha convertido en la cuarta mujer del mundo en recibir el máximo galardón de la Guía Roja Michelin.

¿Qué le supone la tercera estrella Michelin?

Un gran compromiso. La guía cuando presenta los restaurantes con tres estrellas dice 'organice un viaje en función de esta mesa', o sea, que mi restaurante debe merecer esa visita. Es magnífico.

Además del prestigio, ¿económicamente le va a suponer mayor negocio?

Naturalmente me supondrá clientes. Yo realizo un trabajo de gran complejidad de costes por mi parte, y darme a conocer entre todos los gourmets mundiales debe ayudarme a recuperar la curva de los martes, miércoles y jueves que es cuando menos se trabaja, porque los fines de semana no tengo problema.

¿Tiene más responsabilidad con esta tercera estrella?

No, no. Soy una persona muy comprometida y estoy segura de que debemos estar tranquilos y sin bajar la guardia. Las estrellas llegan porque la guía cree que no se juega su prestigio, y por lo tanto si nos ponen esas tres estrellas debemos conseguir que no haya ningún fallo. æpermil;se ahora es nuestro riesgo y nuestro compromiso.

¿El reto es entonces mantenerse en ese nivel?

Yo aún no he llegado a la cima. Ahora estoy catapultada a la cima, con lo que supone de mayor nivel de autoexigencia, de trabajar cada día mejor.

¿Hay algo que reivindicar en la cocina desde el punto de vista femenino?

No, sólo el mensaje de que ellas pueden, más aún hoy. Una mujer tiene muy claro que necesita lo mismo que ellos: un equipo que les siga, unas ideas claras, y una familia que lo resista. Hoy en día en la cocina no se necesita fortaleza varonil, no se usan marmitas de 50 litros. Por eso hoy nos miramos de tú a tú. Ferran Adrià tiene una frase magnífica: 'Mujeres va a haber tantas como se metan'. Y yo creo que es así. Es muy importante que tú no te automargines. Yo hago el mismo trabajo que ellos, pago los productos al mismo precio que ellos y doy los mismos sueldos a mi equipo que ellos, por lo tanto mi cliente no me disculpa nada por ser una mujer si tengo un fallo.

Para usted, ¿qué es básicamente la cocina?

La cocina debe ser un espacio que provoque, no sólo en el que se busque comida. A un restaurante como el Sant Pau se viene a desconectar, a pasar ratos de felicidad. Por lo tanto la cocina debe oler, ser bella y estética para seducir, incitar a comer, pero tú me vas a recordar por el sabor, nunca por la belleza, por lo tanto ahí está el alma, y el alma es el sabor.

¿Cómo definiría su cocina?

Siempre he dicho que es una cocina catalana moderna. Catalana por formación, por ubicación. Vendo mi comarca, que es el Maresme, en su mejor momento gustativo, y moderna, por concepto, por tecnología, por su juego con los productos, pero respetándolos al máximo.

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