La cadena minorista Wal-Mart hace examen de conciencia
La compañía da a conocer un informe crítico con algunas de sus prácticas empresariales
Wal-Mart, líder mundial del sector minorista con más de 286.000 millones de dólares anuales en ventas, no vive sus mejores momentos. Sus beneficios del tercer trimestre registraron el aumento más bajo en cuatro años debido al impacto de los huracanes Katrina y Rita sobre el consumo y el precio del petróleo. Paralelamente, la oposición a la apertura de nuevos centros Wal-Mart es cada vez mayor en EE UU, donde estos días se estrena un documental del director Robert Greenwald en contra de las prácticas de la cadena de descuento. Sindicatos y grupos de presión llevan años criticando a Wal-Mart por su política laboral y precios siempre bajos, que arruinan al pequeño comercio de las comunidades donde se implanta.
Decidida a mejorar su imagen pública -y la cotización de sus acciones, que han caído un 7,2% en lo que va de año-, Wal-Mart encargó el pasado agosto un informe independiente para conocer su impacto sobre la economía estadounidense y los municipios. Pero no todo ha salido como la compañía esperaba. El resultado del estudio, publicado a comienzos de este mes, demuestra que los críticos de Wal-Mart tienen en parte razón.
David Neumark, profesor de Economía de la Universidad de Irvine y uno de los participantes en el informe, afirma que los residentes de mercados laborales locales 'ganan menos tras la apertura de un centro Wal-Mart' y los ingresos del sector minorista caen. En el sur de EE UU, donde está más extendida, Wal-Mart reduce el empleo tanto en el sector minorista como en el resto de la economía, afirma Neumark. Por su parte, Michael Hicks, profesor de la Universidad Marshall, concluye que la falta de cobertura médica de gran parte de la plantilla de Wal-Mart cuesta a Medicaid -programa estatal de atención sanitaria para ciudadanos con bajos ingresos- 898 dólares de media por cada empleado de la cadena. Sólo la mitad de los 1,2 millones de trabajadores de Wal-Mart en EE UU están cubiertos por el seguro médico de la empresa y, según organizaciones dedicadas a vigilar a la compañía, ello cuesta a los contribuyentes estadounidenses más de 1.500 millones de dólares anuales.
Pero no todo han sido malas noticias. El estudio también concluye que, aunque Wal-Mart puede tener un impacto negativo sobre los salarios de las regiones donde está presente, sus bajos precios elevan la renta disponible de los consumidores en un 0,9%. Además, la cadena crea más empleo del que destruye. En 2004 generó 210.000 puestos de trabajo netos en EE UU. Beth Keck, portavoz de Wal-Mart, se mostró 'muy satisfecha con los resultados' del informe y añade otro efecto favorable sobre la primera economía del mundo: los bajos precios de Wal-Mart contribuyeron a reducir en un 1% la inflación estadounidense el pasado año.
En las últimas semanas, Wal-Mart ha puesto en marcha una campaña para mejorar su imagen pública. La compañía sorprendió al pedir una subida del salario mínimo en EE UU porque, aseguró, 'esta desfasado' y repercute en la capacidad de compra de sus clientes. La cadena se comprometió también a mejorar el seguro médico de sus empleados y a iniciar programas de ahorro de energía.