África se hace un hueco en el mercado del arte
Hace 2.500 años, el pueblo Nok inmortatilizó su arte en esculturas de terracota -se considera la primera cultura que emergió en Nigeria-; más recientemente, a principios del siglo XIX, los maestros de la escuela Yoruba, en el mismo país del África negra, tallaron en madera objetos rituales con escenas mitológicas. Hoy son pieza de coleccionista.
El arte africano sorprende cada vez más a los amantes de las antigüedades. El gran tirón de los objetos de calidad en los últimos años se refleja en las cotizaciones: revalorizaciones entre el 10 y el 12% anual, mientras que algunas piezas concretas han multiplicado su valor por 10, explica Ángel Martín, prehistoriador y arqueólogo y director de la galería del mismo nombre en Madrid.
El arte africano antiguo se beneficia de la apertura del gusto occidental hacia piezas de otras culturas, aunque su participación sigue siendo minoritaria en el conjunto del arte. 'Las obras procedentes de Asia encajan más en los cánones decorativos, mientras que el arte africano es más alternativo, más visceral', opina Ángel Martín.
Máscaras y estatuas son los objetos más representativos de su arte, en todos los materiales: madera, fundamentalmente, pero también bronce y terracota. Son obras apreciadas, especialmente, por personas que tienen educada la mirada hacia el arte contemporáneo.
Los coleccionistas pueden encontrar obras en el mercado a partir de 150 euros (una pequeña bobina de telar), aunque el precio medio se mueve entre los 10.000 y los 20.000 euros, y las obras maestras pueden alcanzar los 4 millones, como una escultura Dogon (Mali) adquirida recientemente por un museo francés.
æpermil;stas obras también rompen récords en las casas de subastas internacionales. Christie's vendió el pasado junio -realiza dos ventas anuales de arte africano, oceánico y precolombino, la próxima en París el 6 de diciembre- una escultura Fang (Gabón) en 292.000 euros, el remate más caro de la sesión.
Ángel Martín sabe de las dificultades de reunir obras de arte africano antiguo. Su galería presenta desde el pasado jueves hasta el 15 de enero de 2006 la exposición Magias, una colección de 41 obras para conocer la relación de estos pueblos con lo mágico y lo religioso. Entre las joyas que pone al alcance de los coleccionistas, destaca un espejo ceremonial Yoruba o una colección de cabezas de adobe de altar Mbari, de la cultura Ibo (Nigeria), de finales del siglo XIX y principios del XX.
Este experto invierte unos tres años en organizar una monográfica de estas características. Se nutre de colecciones, subastas y viaja a África con periodicidad, aunque encontrar obras en el continente es muy difícil.
Los objetos están saliendo de África de forma intensiva desde los años 30 y 40 del pasado siglo. 'Países como Mali se vaciaron', anota Ángel Martín.
La Unesco ha denunciado el saqueo en países como Nigeria, Burkina Faso, Malí y Egipto. Sin olvidar los efectos destructivos de las guerras y la religión. 'El islam ha tenido efectos destructivos, sobre todo en el siglo XIX', recuerda Ángel Martín.